El lunes 9 de noviembre de 2.015
quedará grabado en la Historia de España como un día negro. El Parlamento de Cataluña
aprobará una resolución de independencia que puede ser el comienzo de la
secesión de esa comunidad autónoma y el inicio de la desintegración de una nación, España, que costó sangre, sudor y lágrimas forjar y que es la mas antigua de Europa.
Asistimos al problema mas grave
desde la Guerra Civil, incluyendo el golpe de Estado (el de verdad) de 1.981, y
lo hacemos con el temor que provoca la pusilanimidad y la irresponsabilidad de
quienes nos gobiernan, de la mayoría de los partidos de la oposición y del
propio Jefe del Estado, que dejan hacer mientras esperan que las resoluciones
del Tribunal Constitucional (un tribunal que los independentistas ya han dicho
que no respetarán) paren el proceso.
No es hora de perder el tiempo
con declaraciones inocuas, como hacen los que viven en un mundo que ya está
fuera de la realidad, es hora de pedir a todos los que han jurado o prometido
la Constitución que la cumplan y la hagan cumplir, y que lo hagan sin
contemplaciones.
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