El año pasado se acuñó en España
una palabreja singular, “veroño”, una nueva estación donde las cálidas
temperaturas del otoño mas bien parecían las de un anormal y largo verano. Pues
bien, de seguir así, este año nos tendremos que inventar otra, “vevierno”
porque el calor puede llegar hasta el invierno. “El veranillo de San Martín”,
que en los EE UU llaman Indian Summer, ya no tiene tres días y fin, nadie sabe
cuando terminará. Acabarán bajando algo las temperaturas, pero eso no acabará
con el problema.
El británico, James Loverlock, un famoso ecologista atípico (que defiende la energía nuclear, por ejemplo)
hace ya muchos años que identificó perfectamente el reto al que se enfrenta la
Tierra, que no es otro que el gravísimo calentamiento global provocado por los
gases de efecto invernadero producidos por la actividad humana. Nunca, desde la
extinción masiva de la “Gran Mortandad”, provocada en el Pérmico-Triásico (hace
250 millones de años) por una gigantesca actividad volcánica, la Biosfera, y la
Tierra toda, se habían enfrentado a un peligro de características tan
dramáticas como al que ya estamos asistiendo. Ni siquiera la extinción de
muchas especies, como los dinosaurios, consecuencia de la caída de un meteorito
hace 65 millones de años, se puede comparar a lo que nos espera. El Club de Roma
también había hecho un apocalíptico informe en los años 70 sobre este asunto,
que fue recogido en un libro bajo el título de “La primera revolución global”.
Loverlock no solo inventó un
detector de captura de electrones que permitió identificar componentes tóxicos
en regiones tan remotas como la Antártida, creó el concepto “Gaia” un sistema
de autoregulación de la Tierra que opera de forma que el planeta “toma”
decisiones. A sus 96 años sigue clamando en el desierto.
El 30 de noviembre será el día de
la apertura de la Cumbre del Clima que se va a celebrar en París, donde se
espera la asistencia de 117 presidentes y primeros ministros. La cumbre está
siendo preparada por 70 ministros de medio ambiente desde hace días. Será una
buena plataforma para volver a escuchar frases grandilocuentes y promesas y
metas que no se van a cumplir, como sucedió con las anteriores. De nada
servirán las advertencias de los expertos ni del secretario general de la ONU,
Ban Ki-Moon, que volvió escandalizado después de ver los efectos del cambio
climático en los Países Nórdicos.
El presidente Mariano Rajoy ha
dicho hace poco que estaba equivocado en lo que opinaba sobre el calentamiento
global y el drama medioambiental, que su primo no tenía razón, pero, yo dudo de
la sinceridad de su rectificación y pienso que, además de que no ha hecho nada
al respecto, no podría ir a París con un ridículo discurso contrario a la
evidencia.
Si un estadista es el que piensa
en los próximos 30 años y un político cualquiera en las próximas elecciones, un
líder mundial es que tiene en mente los próximos siglos, el futuro de la
Humanidad, y es capaz de convencer a todos de lo que es imperativo hacer.
La Tierra agoniza, pero “Gaia” ha
identificado perfectamente el problema. Nuestra madre vendrá a por nosotros.
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