
Al margen de la Constitución y de
la Ley ha ido emergiendo un nuevo régimen en España, que usa la legalidad
democrática como instrumento legitimador para llevar a cabo sus fines bastardos
y que, en realidad, es una dictadura que no se diferencia mucho, solo en las
apariencias y en las formas, de la franquista que padeció nuestro país durante
40 años. A la sombra de este régimen tirano se han tomado decisiones que
afectan gravemente a las condiciones de vida de los ciudadanos, y afectarán a
las de sus hijos y sus nietos, y ha proliferado toda una pléyade de
oportunistas que se han aprovechado de unas instituciones prostituidas para
medrar y/o enriquecerse. Los continuos escándalos de corrupción y los detritus
que inundan la actividad política e institucional no pueden explicarse si no
somos conscientes de la existencia de ese régimen paralelo al formal, el que de
verdad manda, la dictadura de los sinvergüenzas.
Hemos llegado a un punto en que
la situación social, económica y política de nuestro país es gravísima, en
contra de lo que continuamente nos dicen. Con cinco millones y medio de
parados, la mayor Deuda en porcentaje al PIB de todos los países del mundo, la
amenaza de secesión de dos comunidades autónomas y los partidos políticos mas
importantes (empezando por el del Gobierno) metidos hasta el cuello en
escándalos de corrupción económica, es obvio que esto no puede continuar así.
Sin embargo, lo mas grave es la corrupción política consustancial a toda
dictadura que se precie, es decir, la toma de decisiones al margen del mandato
del pueblo y en contra de la opinión de los ciudadanos, a los que se les ha
perdido el respeto, porque el poder lo detentan otros.
El próximo año será un año
electoral, ya que la nueva dictadura aún no se ha atrevido a terminar con la
ceremonia de las urnas. Será una oportunidad única para dar una lección a los
nuevos tiranos, para una ducha democrática que tanta falta está haciendo a España,
para darles, en fin, hasta en el cielo de la boca. Pero, el régimen es
perfectamente consciente de nuestra indignación y pondrá toda la carne en el asador
para minimizar los daños. Con el modus vivendi y la verdadera soberanía no se
juega, piensan los sátrapas.
El régimen y sus valedores ya
tienen preparados varios planes “B”, donde sobresale esa “Gran Coalición” entre
el PP y el PSOE si fuera necesaria. Algunos ingenuos, que no han observado lo
que ha sucedido en Alemania y Grecia, creen posible un pacto de las izquierdas,
pero ya no es tiempo de candidez, hay que saber que nunca tolerarán la subversión
del statu quo.
Parafraseando a Marx, Pablo
Iglesias, el líder de Podemos, ha dicho que el cielo se toma al asalto, pero
los españoles, en este momento histórico, nos conformamos con recuperar la
democracia y enarbolar la Constitución para acabar con el régimen déspota que
nos asfixia.