
Formando parte del deterioro
sanitario brutal que se está produciendo en nuestro país en los últimos
tiempos, que se refleja también en recortes de todo tipo y en que las listas de
espera sean cada vez sean mas largas, está la poca atención que se presta al
peligro latente de pandemias provocadas por enfermedades infecciosas
importadas. En el caso concreto que nos ocupa, el del ébola, no se puede decir
que nos coje por sorpresa, porque la Organización Mundial de la Salud lleva bastante
tiempo diciendo que la nueva cepa de este virus es especialmente peligrosa.
Mientras en los EE UU se ha
aislado y puesto en cuarentena a 80 ciudadanos que han tenido contacto con uno
de sus compatriotas que se había contagiado en África y mientras Cuba (por
citar dos países con regímenes opuestos) acaba de enviar una brigada médica a
Sierra Leona compuesta por 165 médicos y enfermeros con amplia experiencia, que
fueron despedidos al pie de la escalerilla del avión por Raúl Castro, en España
no parece que este gravísimo asunto se esté tomando en serio. A la tradicional
irresponsabilidad de nuestros políticos se une la inexcusable relajación de la
ministra de Sanidad, Ana Mato, pues un ministerio que tiene casi todas las
competencias trasferidas a las CC AA tendría que trabajar mas y mejor en lo
poco que tiene a su cargo.
Hay un asunto tangencial al que
nos ocupa que para nada es baladí, la permeabilidad de nuestras fronteras. La naturalidad
con que se entra en nuestro país sin control médico de ningún tipo es
verdaderamente temeraria por parte de nuestras autoridades. No digamos la
tolerancia con la inmigración irregular, que llega a nuestras playas, asalta
las vallas de Ceuta y Melilla o cruza por La Junquera, sin cartilla sanitaria y
certificado de vacunación, poniéndonos en peligro a todos.
Especialmente expuestos a un
contagio que provoca una muerte horrible están los miembros de la Guardia
Civil, de las ONGs y de la Cruz Roja, pero también, aunque en menos medida, el
resto de la población. Ya no se puede ocultar que hay un repunte de
enfermedades que estaban erradicadas en nuestro país, como la tuberculosis, y que
cada vez es mas frecuente el contagio con virus foráneos que no atacan a los
portadores, que están inmunizados, pero sí a la población española. No es en
absoluto descartable, por tanto, que haya mas personas contagiadas del virus del
ébola, propagándolo por España en forma exponencial.
Aunque es una evidencia, por los
restos de iridio en los estratos de hace 65 millones de años, que fue un
meteorito el que acabó con los dinosaurios, algunos científicos están convencidos
de que fue un virus. Lo que sí es totalmente cierto es que fue una enfermedad
vírica, la llamada “Gripe Española”, la que mató a casi 100 millones de
personas y otra, la mixomatosis, la que casi acaba con toda la población de
conejos de Europa. Pero, el porcentaje de mortandad del ébola es mucho mayor,
llegando al 90% de los infectados.
Se dice que son los excrementos
de los murciélagos africanos los que han extendido la enfermedad y tampoco
faltan teorías sobre conspiraciones criminales para hacer un gran negocio, sea
como fuere hay que tomar las decisiones que la ocasión y el peligro requieren.
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