Los dirigentes de IU de Asturias
ya lo habían advertido: “los socialistas están haciendo unos Presupuestos que
pueda apoyar el PP”. Así ha sido, y el borrador presentado no busca el acuerdo
con la coalición rojiverde ni con UPyD, que ya fueron engañados con la promesa
de la reforma electoral, sino conseguir una nueva edición del pacto de la
vergüenza que los cínicos de la FSA y del PP, que lidera entre bambalinas
Gabino de Lorenzo, ya están escenificando.
El Delegado del Gobierno en Asturias,
que goza de este retiro dorado después de vetar a Cascos como candidato y
conseguir el hito de que su formación política se quedara bajo mínimos, ya lo
ha dicho bien claro: “el partido sabrá entenderse para que esta región no se
quede sin Presupuestos”, blanco y en botella. Contrasta este prurito de
repentina responsabilidad con la actitud del PP, y su maestro de ceremonias,
cuando presentaron la enmienda a la totalidad a los Presupuestos de Foro Asturias, que dicho sea de paso, se ajustaban a la situación de
esta tierra. Aquella negativa fue apoyada, como no, por los socialistas, pues
unos y otros, además de aliados tácticos, están en un sin vivir desde que
Francisco Álvarez-Cascos irrumpió en la política asturiana. Hasta IU, en teoría
en las antípodas de Foro Asturias, en aquella ocasión se abstuvo.
La desfachatez no tiene límites
en esta región y llegarán en cascada declaraciones de conspicuos socialistas y
populares para vender la moto a los asturianos. Al aquelarre también se ha
sumado Eduardo Donaire, de UGT, diciendo que está dispuesto a hacer un escrache
ante la Junta General hasta que los diputados aprueben el Presupuesto de Javier
Fernández. ¿Lo multará de Lorenzo con 30.000 euros?, seguro que no. Yo creo que
Donaire debería explicarnos porqué los Presupuestos tienen que ser aprobados, sí
o sí, solo cuando los presenta su partido y lo que está haciendo su sindicato
con el dinero destinado a la formación de los parados.
Asturias es una región
históricamente de izquierda, pero los socialistas hace años que empezaron una
deriva donde el oportunismo y los intereses personales priman sobre las
demandas de los ciudadanos en general y de los trabajadores en particular,
llegando a pactar con la derecha para mantener no ya el poder, sino el régimen
que han establecido en Asturias y que empieza a poner en peligro los pilares
mismos de la democracia.
Pero, este acuerdo no va a salir
gratis a los hipócritas.
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