Los resultados de las elecciones
autonómicas catalanas no han sido una sorpresa para nadie medianamente bien
informado. Seguramente de no haber tanta abstención como ha habido hubieran
variado algo, beneficiando a los partidos constitucionalistas, pero es muy
difícil saber a quienes de ellos más y a quienes de ellos menos. Que los
independentistas tendrían mayoría de escaños era previsible, que Ciudadanos se
pegaría un gran batacazo era previsible, que Vox obtendría un buen resultado era
previsible y que el PP quedaría último era previsible. Si me apura, lo que yo
no tenía muy claro era que el PSC fuera a ganar las elecciones y que Los
Comunes mantendrían sus ocho diputados, por eso introducir la variable de la
abstención en la ecuación del análisis es importante. Lo que para mí no era
previsible, y si hubiera jugado a futurólogo con ello me habría equivocado
completamente, es el gran ascenso de la CUP, que ha pasado de cuatro a nueve
escaños. El resultado de los independentistas, anarquistas y antisistema de la
CUP va a mediatizar mucho las negociaciones y el futuro gobierno de la
Generalitat, veamos: Si alguien piensa que hay alguna posibilidad de un
gobierno de izquierdas en Cataluña, de un tripartito como hubo en el pasado, de
un gobierno PSC-ERC-Los Comunes, que se vaya olvidando de ello. Seguramente
eso, con los mimbres que han salido de los comicios, sería lo mejor para
Cataluña y para España, pero en la Cataluña actual las ideologías políticas han
pasado a un segundo plano y si bien eso persiste entre los no independentistas,
a los independentistas lo único que les preocupa es la independencia y el
gigantesco “pesebre” que alrededor del “Procés” se ha tejido en Cataluña. Así
que ERC pactará sin ninguna duda con el Junts de Puigdemont, aunque sean los
herederos políticos del 3% y muy de derechas. El problema de ERC y Junts es
que, como en la legislatura anterior, no tienen mayoría y necesitarán a los
extremistas de la CUP para formar gobierno y para gobernar y ahora los
anarquistas con nueve diputados y envalentonados van a exigir pasos inequívocos
y rápidos hacia la independencia. Pero, hete aquí que aparece en este entuerto
un actor que puede ser decisivo con sus ocho diputados y que no es otro de Los
Comunes de Pablo Iglesias y compañía. Por supuesto que Los Comunes, ya lo han
dicho, ni de coña gobernarían con la derecha de Junts, pero podrían abstenerse
para evitar el chantaje de la CUP. A Podemos, a Los Comunes y a Pablo Iglesias
los crucificarían en los medios y en las tertulias, pero sería un favor inmenso
a Cataluña y a España y, por supuesto, sería el mal menor. Atentos.
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