En Consejo de Ministros
extraordinario celebrado el viernes 9 de octubre, el Gobierno de España ha
decidido decretar el segundo Estado de Alarma desde que empezó la pandemia del
Covid-19. Se llega a esta situación una vez que ha quedado claro que no era
cierto lo que decía la derecha, no se pueden aplicar medidas que limiten
derechos fundamentales que consagra la Constitución con leyes ordinarias e
incluso con leyes orgánicas. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid,
atendiendo (ojo al dato) una demanda de la Comunidad Autónoma de Madrid, ha
dejado las cosas claras. Sin embargo, ya estamos viendo que otros tribunales en
otras partes de España hacen lo contrario, no tanto porque jurídicamente el
asunto no sea de perugrullo como porque hace tiempo que la Justicia española
está tan perdida como nuestros políticos y los jueces lo mismo dan por
constitucionales leyes claramente inconstitucionales que inician
investigaciones prospectivas contra alguna formación política. Todos recordamos
lo que pasó con el primer Estado de Alarma: la ultraderecha, precisamente los
que más acusaron al Gobierno de tardar en tomar medidas y los que insultaban groseramente
al presidente del Gobierno en las redes sociales, votó sistemáticamente en
contra de todas las prórrogas de esa medida excepcional, que era totalmente
necesaria para limitar la movilidad y para el confinamiento de la población;
los independentistas de Torra hicieron exactamente lo mismo que la
ultraderecha; los independentistas de ERC apoyaron las prórrogas hasta que
pretendieron cobrarse ese apoyo y entonces, como fue que no, dejaron de
hacerlo; y el PP dejó de apoyar más prórrogas porque decían que la economía era
lo primero y que era mejor morirse de coronavirus que de hambre. Así es como
unos y otros, los responsables, los que lo sabían todo, los acusadores, los
insultadores y a los que ahora ha llevado la contraria el FMI (no se puede
convivir con el virus) dejaron al Gobierno de España y a Pedro Sánchez solos.
Pues bien, a la vista de lo que sucedió, y a pesar de la escalada de contagios,
yo entiendo que Pedro Sánchez se resistiera a decretar un segundo Estado de
Alarma, lo entiendo porque dentro de quince días va a tener que volver al
Congreso de los Diputados a escuchar los insultos de los que no le van a dar
una prórroga. Lo entiendo, pero no lo comparto. EL Gobierno de España tendría
que haber decretado el segundo Estado de Alarma hace semanas y si, a pesar de
lo que ha dicho la Justicia, otras fuerzas políticas no dan sus votos para
prorrogarlo y para que se puedan tomar medidas excepcionales con geometría
variable, que cada cual aguante su vela y se lo explique a los españoles. Hubo
que hacerlo aprisa y corriendo para que cientos de miles de madrileños no
salieran de la capital en el puente del 12 de octubre y difundieran el virus
por toda España.
SI NO HACEMOS NADA, HASTA LOS MUERTOS, CONVERTIDOS EN FANTASMAS CON BIRRETE BLANCO, EMERGERAN DE LAS TUMBAS PARA EXIGIR JUSTICIA.
viernes, 9 de octubre de 2020
SEGUNDO ESTADO DE ALARMA
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