Ayer, 9 de octubre, tras la declaración por
parte del Consejo de Ministros del segundo Estado de Alarma, el líder de la
ultraderecha, Abascal, exactamente el mismo que criticó más que nadie que el
Gobierno tardara en tomar medidas, el que condenó las manifestaciones del 8M, pero
que luego votó sistemáticamente contra todas las prórrogas del primer Estado de
Alarma, llamó otra vez a sus huestes a manifestarse y a salir en caravanas de
coches por toda España el día 12, como ya hiciera durante la primera ola de la pandemia,
cuando las UCIs estaban atestadas y no cabían los muertos en las morgues. Ese
individuo es el que va a presentar una moción de censura contra el Gobierno.
Casado y los suyos se están equivocando mucho alimentando a un monstruo que les
comerá y defendiendo a los que volvieron a salir con su parafernalia y con sus
eslóganes fascistas en el Barrio de Salamanca. Mire usted, yo soy un tipo
primario, como a esos que llaman “de piñón fijo”, no tengo dobleces, veo las
cosas en blanco y negro, no soy de tonos grises, al pan, pan y al vino, vino;
no me gusta relativizarlo todo, no creo que usted tenga su verdad y yo la mía,
el todo siempre es mayor que la parte, solo hay una verdad. Me gusta ver a la
gente como buenos y malos, me siento bien así ¿Quiénes son los malos? pues, los
malos son a los que no les importa insultar, zaherir y pisar al prójimo con tal
de beneficiarse, son, para decirlo de una vez, los que piden democracia y
libertad gritando ¡Viva Hitler! y con la fotografía de Franco en casa ¿Y los
buenos? los buenos somos todos los demás, con nuestros fallos y nuestros
errores.
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