A pesar de que el Gobierno de España
estaba perfectamente informado por la Guardia Civil, por el CNI e incluso por
algunos francotiradores del teclado de lo que los independentistas catalanes
preparaban coincidiendo con la publicación de las sentencias, una insurrección violenta,
una nueva edición del golpe de Estado permanente en Cataluña que esta vez arrasó
las calles de Barcelona y otras ciudades de aquella comunidad autónoma, no se
tomaron las medidas necesarias para impedirlo. Otra vez, como en el 1-O, se
volvió a poner a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado a los pies de
los caballos, con escasos medios y con una mano atada a la espalda, no fueran a
hacer daño a los CDR, a los terroristas urbanos financiados, armados y
dirigidos por la maquinaria independentista que tiraban adoquines, bolas de
acero, botellas con ácido, cohetes pirotécnicos y cócteles Molotov contra la Policía
Nacional y los Mossos de Escuadra. Resultado: escenario dantesco, pésima imagen
internacional de España, grandes pérdidas económicas y, lo peor, casi 300 policías
heridos, alguno de extrema gravedad. Pues bien, tras lo que todos hemos podido
ver, tras esos acontecimientos que tanto preocupan a la gente cabal, ninguna
medida se ha tomado contra los que convirtieron Cataluña en un campo de
batalla, contra los que, al tiempo que acusan a las policías de violentas,
amenazan con volver a las andadas. Volver a las andadas es lo que tienen
preparado los golpistas catalanes para el día de las elecciones generales ¿Qué mejor
día para los golpes de Estado que el día de las elecciones? Los españoles
tenemos una memoria muy frágil para algunos acontecimientos que siempre
deberíamos tener presentes. Recordemos como los atentados yihadistas del 11M en
Madrid, y lo que sucedió horas después, dieron un vuelco a todos los
pronósticos electorales, unas elecciones donde Aznar iba a arrasar las ganó Zapatero.
Según los Mossos de Escuadra (supongo que la Guardia Civil y los servicios
secretos también estarán perfectamente informados) los CDR tienen preparada una
gran operación para el 10N, una operación violenta, por supuesto. Se trataría
de impedir el voto en los colegios electorales de Cataluña con ataques a los
propios colegios, a los miembros de las mesas electorales y a las Policías y
Guardia Civil que los custodien. Los objetivos son múltiples: impedir una más
que previsible gran caída electoral del partido de Puigdemont en favor de ERC y
los partidos no independentistas, dar “visión internacional” y, sobre todo,
influir groseramente sobre el voto de los españoles, indignándolos con los
acontecimientos que podrían ver por la televisión y propiciando el triunfo de
las derechas. El golpe de Estado violento, el definitivo, no pueden darlo
contra un Gobierno de izquierdas, eso se vende muy mal a una parte del
independentismo, tienen que darlo contra un Gobierno de derechas y cuanto más de
derechas mejor. El sabotaje a las urnas está preparado. Ya tienen su cartel y
su eslogan: “reventemos las elecciones del enemigo”. Señoras y señores del Gobierno, otra
vez quedan ustedes avisadas/dos.
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