
Yo no soy un simpatizante del actual
mandatario venezolano, Nicolás Maduro, de algunas de las medidas que toma y de
su dialéctica y su estética, pero tampoco puedo estar de acuerdo con que el
Gobierno de España viole la carta fundacional de la ONU y la soberanía de otros
Estados en una grosera intervención al mas rancio estilo colonial.
El miedo que produce en la
derecha española la ascensión de PODEMOS es una de las causas de que Rajoy y
los suyos saquen a relucir a Venezuela y sus conexiones con el partido de Pablo
Iglesias a la menor ocasión, pero no la única ni la fundamental. Es la comunión
de intereses con la derecha venezolana e internacional la causa principal. Solo
la gente poco informada, y cándida, se puede creer los argumentos en defensa de
la libertad que esgrime el Gobierno de España y los dirigentes del PP para
inmiscuirse en la vida política venezolana ¡cómo si la derecha de aquel país
tuviera mucho que ver con la democracia!
En 2.001, cuando Hugo Chávez, que
había sido elegido en unas elecciones limpias, promulgó 41 nuevas leyes sobre
la administración de tierras, que acababan con los latifundios que
usufructuaban los terratenientes, la derecha venezolana ya patrocinó un paro
nacional organizado por la Confederación de Trabajadores de Venezuela (sindicato
amarillo) y por la Cámara de Empresarios (Fedecámaras). Pero fue en 2.002
cuando comenzaron las grandes manifestaciones contra Chávez. Ese año, tras una
gran movilización en Caracas, el dirigente de Fedecámaras, Pedro Carmona, alegando una falsa renuncia de Chávez, y con
el apoyo de los partidos y organizaciones de derechas, de la amarilla central
obrera, de los poderes económicos y de los medios de comunicación, se proclamó
presidente de Venezuela, en un golpe de Estado que no triunfó gracias a la
indignación de los militares venezolanos, que tomaron por asalto el Palacio de
Miraflores, haciendo huir a los golpistas, y liberaron a Chávez (fueron los
boinas rojas paracaidistas) que había sido recluido en una isla y al que se
pensaba asesinar. ¿Son esos los demócratas a los que defiende el presidente Rajoy?
La verdad es que la derecha
venezolana no ha cejado ni un instante de poner palos en el engranaje y de
boicotear todas las acciones del Gobierno legítimo de Venezuela, organizando
algaradas, acaparando alimentos y productos de consumo, para provocar el descontento
de la población, y con todo tipo de acciones en el interior y exterior del país
para conseguir lo que no han podido hacer de forma democrática, en las urnas.
Nicolás Maduro, indignado por la
intervención de España en los asuntos internos de Venezuela, ha dicho que si
gobernara el país caribeño Mariano Rajoy, al que calificó de franquista,
vendepatria y derechista neoliberal, ya habría bajado los salarios a la mitad,
atacado las pensiones y echado de sus casas a los “viviendos” venezolanos, que
disfrutan de casas hechas por su Gobierno, como ha hecho con 400.000 españoles.
A la cruzada contra Venezuela del
Gobierno español se ha unido, como no, la UE y los EE UU, que no tienen ningún
problema con regímenes tiránicos, dictatoriales y que se burlan de los derechos
humanos, como los regímenes feudales árabes y Egipto, país donde ha estado
estos días el Secretario de Estado USA para bendecir al criminal golpista, el
general Al Sisi,
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