
En los últimos tiempos hemos
visto cosas increíbles en la vida política española, que se está convirtiendo
en una opereta donde personajes impresentables hacen todos los días de las
suyas. Tras Zapatero, todos pensábamos que difícilmente podíamos llegar a tener
un presidente mas irresponsable, pero Rajoy nos está demostrando que estábamos
en un error. El actual presidente del Gobierno empezó a incumplir el programa
electoral del PP nada mas llegar a la Moncloa, subió el IVA y todo tipo de
impuestos y tasas, cuando se había hartado de decir que haría todo lo contrario,
hizo una Reforma Laboral salvaje, que puso a los trabajadores a los pies de los
caballos, bajo la coartada de que así se crearía empleo, y fue aplazando la
solución de los gravísimos problemas que tiene nuestro país fiándoselo al
tiempo. Como si las cosas se fueran a arreglar solas.
El asunto del aborto es un tema
delicado sobre el que ha corrido mucha tinta y en el que no vamos a entrar ahora,
solo decir que aquí también se ha mentido mucho y se ha hecho mucha demagogia.
No es cierto que los contrarios al aborto indiscriminado sean todos de derechas
y católicos, por ejemplo.
En el programa electoral que aprobaron
con su voto 11 millones de españoles y que permitió al PP obtener mayoría
absoluta, figuraba la reforma de la Ley del Aborto, que para muchos era un
asunto, nunca mejor dicho, de vida o muerte. Pero, hete aquí, que D. Mariano Rajoy,
que lleva usando su mayoría parlamentaria como una apisonadora desde que empezó
la legislatura, dice ahora que no quiere hacer esa reforma sin consenso. Pero,
¿no hicieron los socialistas lo contrario sin consenso alguno? Yo no encuentro
explicación, lo reconozco, a este giro del Gobierno, salvo que, como
dicen las malas lenguas, sea el peaje que le ha impuesto Pedro Sánchez, junto
con la retirada de la reforma de la Ley Electoral, para formar ese
Gobierno de “gran coalición” que está pidiendo ya a gritos el gran capital,
ante el temor de que una subida espectacular de la izquierda emergente impida
tener mayoría tras las elecciones del año que viene.
He tenido varias conversaciones
con gente del PP y mi impresión general es que no salen de su asombro. Todavía
no se creen lo que está pasando y piensan que Rajoy se está haciendo el
harakiri. No pueden comprender que el presidente del Gobierno traicione de esta
manera a su propio electorado y cree una crisis de Gobierno en el ministerio de
Justicia precisamente cuando Gallardón estaba trabajando a tope para parar el
envite soberanista catalán.
Hoy muchos han descubierto, yo ya
lo sabía, que también en el centro-derecha hay gente honrada, con honor y vergüenza,
de los que ni nosotros, aunque no estemos de acuerdo con muchas de sus tesis, ni
este país pueden prescindir.
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