
Los fascistas ucranianos del “Sector
de Derechas” han matado hoy a mas de 50 personas en la ciudad de Odessa, al
menos 38 han fallecido en el edificio de los sindicatos, donde algunos
prorrusos se habían refugiado para huir de los criminales enviados por el
Gobierno de Kiev, ya que el ejército no es capaz de enfrentarse a la población
civil y una buena parte de sus miembros se han pasado al lado prorruso. Los
herederos de los ucranianos que apoyaron durante la Segunda Guerra Mundial a
los nazis usan sus mismos métodos y prendieron fuego al edificio impidiendo
salir a la gente que murió quemada, asfixiada, o en el salto desde las altas
ventanas. Este acto vandálico ha causado consternación en todo el Este de
Ucrania y ha irritado al Kremlin que ya había avisado que no toleraría que se
masacrara a la población civil. Paralelamente, fuerzas del Ejército Ucraniano
han desarrollado durante toda la jornada operaciones sobre varias ciudades del
Este de Ucrania, violando el acuerdo que se había logrado en Ginebra el 17 de
abril. Los milicianos prorrusos han sufrido varias bajas, pero han logrado
derribar tres helicópteros de las fuerzas de Kiev. En algunos lugares donde los
milicianos han sido superados, ha sido la población indefensa la que se ha
puesto delante de los tanques del Gobierno golpista para impedir su avance.
El primer ministro ruso, Dmitri Medvédev
advirtió al Gobierno de Kiev que “deje de matar a sus propios ciudadanos si no
quiere correr una triste suerte”. Los tropas enviadas por los golpistas están
utilizando piezas de artillería, vehículos blindados y aviación contra los
milicianos, que solo portan algunas armas ligeras, incluidas escopetas de caza
y cócteles Molotov.
Se repite la tragedia en Odessa,
donde, en 1.941, los Alemanes, rumanos y ucranianos de las SS llevaron a 34.000
judíos que fueron fusilados o quemados vivos.
La irresponsabilidad de EE UU, la
OTAN y la UE, apoyando a los golpistas del Maidán y a los fascistas que los
dirigieron (que habían sido asesorados y entrenados por la CIA meses antes en
Polonia y Lituania) es monumental, porque Rusia no va a tolerar que la dobleguen
o que masacren a sus ciudadanos, y está dispuesta a llegar hasta el final en su
determinación. Lo demostró en Crimea y tiene 50.000 hombres, bien pertrechados,
en la misma frontera de Ucrania, que, en estos momentos, están a la espera de
recibir órdenes del presidente Vladimir Putin para intervenir en defensa de sus
compatriotas.
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