
Fueron dos circunstancias las que
popularizaron un conflicto que, aunque conocido, se desarrollaba en la sombra. Las
denuncias de WikiLeaks (recordemos que Julián Assange sigue confinado en la
embajada de Ecuador en Londres para salvaguardar su vida) y del ex agente de la
CIA, Edward Snowden (refugiado en Rusia), pero hubo algún otro acontecimiento,
como el ciberataque de los EE UU al programa nuclear iraní o la denuncia por
Francia de que el servicio de escucha y vigilancia mundial de los países
anglosajones, ECHELON, se estaba usando contra las empresas europeas y no solo para prevenir ataques terroristas, como se decía, que hizo que la opinión
pública conociera lo que estaba pasando.
Esta guerra no solo tiene de
diferente que se desarrolla desde un teclado y no en la torreta de un tanque,
también que los enemigos no están muy definidos, porque no solo se espía y se
prepara el ataque contra los adversarios políticos tradicionales, sino que se
controla la vida de todos los ciudadanos, lo que hacen, quienes son sus amigos,
donde trabajan, que opinan, etc. Hasta tienen bien archivadas las fotos que los
usuarios suben a los foros sociales. Snowden denunció con pruebas que se
espiaba a los Gobiernos aliados y a sus primeros ministros, sus reuniones, sus
llamadas de teléfono, etc. Sin ningún control legal, porque sus actividades
están al margen de la Ley, los nuevos soldados invaden nuestra intimidad y se
preparan para saltos mas agresivos si sus jefes, que tampoco está muy claro
quienes son, lo estiman necesario.
Una de las evidencias mas
preocupantes es que es vox pópuli que todas las grandes empresas informáticas
norteamericanas colaboran en esta nueva guerra, aportando todo tipo de datos de
usuarios particulares, empresas y Gobiernos. Lo que no es tan conocido es que
algunas de esas empresas, trabajan con la NSA para introducir troyanos en los
ordenadores a través de sus programas operativos, actualizaciones o simplemente
al conectarse a Internet. Esos archivos permanecen durmientes en los discos
duros o en la memoria hasta que una orden, un tiempo, u otro condicionante
preestablecido los hace cumplir la función para que fueron diseñados.
Mientras Rusia y China tienen sus
propios programas operativos en sus empresas la UE está completamente
colonizada por sistemas como Windows, que pueden poner en serio peligro su
integridad y su seguridad.
Pero, lo mas preocupante es que
los ciberataques pueden llegar a introducirse en los sistemas informáticos que
controlan las armas nucleares. Un error fatal podría provocar, por ejemplo, el
disparo de un misil estratégico, desencadenando un conflicto que podría
aniquilar toda la vida sobre la Tierra. Es decir, por si alguien aún no lo ha
comprendido, los nuevos soldados del teclado, además de meter las narices en
todas nuestras cosas, pueden hacer correr mucha sangre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario