El pasado jueves 13 de enero puede quedar grabado en el calendario de la Historia como otro día de la infamia, en esa fecha terminaron las negociaciones en Bruselas entre EE UU y Rusia, que se habían iniciado a petición del Kremlin, sobre garantías de seguridad recíprocas. A pesar de que Occidente les había dicho lo contrario, cuando cayó la URSS y se acabó la "Guerra fría" la OTAN no solo no dejó de existir, como dejó de existir el Pacto de Varsovia, la OTAN no dejó de crecer y de expansionarse hacia el Este, incorporando países que habían pertenecido al bloque soviético y, no solo llegando a las fronteras rusas, tomando también, el control del Mar Báltico con la incorporación a la Alianza Atlántica de Letonia, Estonia y Lituania. Como con ganar Occidente no tuvo suficiente, EE UU y sus aliados pretendieron dividir y repartirse Rusia y robar sus inmensas riquezas, algo de lo que estuvieron muy cerca y que solo truncó la llegada de Vladímir Putin al poder. Ya en los años 20 del siglo pasado había políticos en EE UU que decían, sin cortarse un pelo, que Rusia tenía un territorio demasiado grande para que perteneciera a un solo país y esas mismas palabras las hemos vuelto a escuchar de políticos y magnates americanos hace algunos meses. Póngase usted en la piel de los rusos. El siguiente paso fue la pretensión de EE UU y sus aliados de tomar el control del Mar Negro y de la Base de Sebastopol, en Crimea, donde Rusia y Ucrania compartían la flota. Además, Crimea es de vital importancia para Rusia porque allí hay instalados unos potentes radares que la defienden de un ataque de la Sexta Flota. Ya vimos lo que que pasó allí y de aquellos polvos estos lodos, la crisis que ahora hay en Ucrania y que ya amenaza gravemente la paz en Europa. En el colmo de la desfachatez EE UU ha preguntado a Rusia "¿Qué hace moviendo miles de soldados dentro de sus fronteras?" a lo que el viceministro de Exteriores ruso les ha contestado "¿Qué hacen los soldados de los EE UU, sus aviones y sus buques a miles de kilómetros de su casa?". Como era previsible las negociaciones han fracasado porque EE UU no piensa renunciar a sus políticas expansionistas, de intimidación y de amenazas y porque Rusia no piensa renunciar a su seguridad. El argumento base de los americanos ha sido que "no se puede impedir a ningún país que quiera integrarse en la OTAN", e instalar en él misiles a cinco minutos de vuelo hacia Moscú, y, en la misma lógica, Cuba y Venezuela, países también soberanos, pueden instalar en su suelo misiles hipersónicos nucleares rusos que pueden alcanzar todas las ciudades de EE UU en pocos minutos. Rusia no lo ha descartado si no le dejan otra salida. El preámbulo vemos ahora que no era baladí.
EE UU está siendo muy imprudente porque el detonante de un conflicto que podría ser el peor que ha sufrido la Humanidad no está en sus manos, sino en manos de los fascistas ucranianos, los mismos del golpe de Estado de la Plaza del Maidán, los mismos que quemaron vivas a 46 personas en 2014 en la ciudad de Odessa (prendieron fuego al local de los sindicatos y no dejaron salir a las personas que se refugiaron allí) y los mismos que disparan contra sus compatriotas enarbolando la bandera nazi en sus trincheras. Por supuesto, los primeros muertos, además de ucranianos y rusos, los pondría la UE (Borrell, ya ha dicho que apoyan a Ucrania) y los países europeos de la OTAN, pero Rusia ya ha advertido de que si la atacan dispararán contra los cuarteles generales y contra los centros de decisión, "estén donde estén".
Les dejo una encantadora foto de soldados ucranianos con ultraderechistas españoles y con banderas nazis y de la OTAN.
Ultimamente, no da ud una en clavo..asi que Occidente esta acojonado con Rusia y China?..va a ser que no...y veremos a ver si China se mete en este berenjenal...Rusia no deberia plantearse entrar en el s XXI e ingresar en la OTAN?..es solo una idea
ResponderEliminarLa URSS solicitó entrar en la OTAN el 31 de marzo de 1954 y la solicitud le fue denegada. Después, el 14 de mayo de 1955, se crearía el Tratado de Varsovia. Se inventa usted cosas y pone en mi boca lo que no he dicho y en política internacional queda diáfano quién no da ni una al clavo.
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