miércoles, 22 de septiembre de 2021

LA GRIPE QUE VIENE

 


Llevamos casi casi dos años sin gripe. Desde que llegó la pandemia del coronavirus y se hizo obligatorio el uso de las mascarillas los casos de gripe en España se pueden contar con los dedos de las manos. Nunca a lo largo de la historia de nuestro país ha pasado algo así, e incluso nunca ha pasado algo así en toda la historia de la Humanidad. Esta es la prueba del nueve de que las mascarillas son eficaces, muy eficaces, contra los virus. La vacunación masiva de la población ha logrado que las complicaciones por las infecciones del Covid-19 caigan en picado, atrás han quedado aquellas UCI saturadas, aquellos centenares de muertos diarios y aquellas morgues improvisadas hasta en pistas de hielo. El siglo XXI ha empezado pugnando por ser tan maléfico como lo fue el siglo XX ¿qué nos quedará por ver?

Cuando decaiga el uso de las mascarillas volverá la gripe con el frío, como siempre ha sucedido, pero ahora hay dos diferencias: no sabemos qué efecto sobre el virus de la gripe pueden tener las vacunas contra el Covid-19 y no sabemos si, después de dos inviernos sin gripe, hay una dramática disminución de los anticuerpos en las personas que nos puede dejar en una situación muy vulnerable ante la vieja conocida con una nueva cepa. Recordemos que, en el año 2018, en una situación normal, con una gran parte de la población más vulnerable vacunada contra la gripe, hubo en España nada menos que 15.000 muertes causadas por las infecciones que provocó. Y estamos hablando de que la población tenía un recuerdo de anticuerpos del invierno anterior que, aunque sea ante una nueva cepa, inmuniza bastante. Dos son las similitudes más importantes que nos interesan a nosotros entre el SARS-CoV-2 y el virus de la gripe (Influenza): La primera, que los dos causan enfermedades respiratorias que, en el peor de los casos, pueden acabar en neumonía, que pueden agravarse y provocar la muerte de los enfermos. La segunda, que tienen una manera similar de transmitirse mediante pequeñas gotas. Así que la manera de protegerse de estos dos “primos hermanos” es exactamente la misma: higiene de las manos, cubrirse cuando se estornuda, toser sobre la cara anterior del codo y el uso de las mascarillas. Sí, ya sé que nunca hemos usado mascarillas para protegernos de la gripe y que no parece cabal seguir usando las mascarillas indefinidamente, pero, yo soy de la opinión de que, como no sabemos el efecto que tendrá una nueva cepa de la gripe sobre las personas deficientemente inmunizadas, un efecto que podría ver minúsculo o devastador, lo prudente sería vacunarse todos de la gripe o, en su defecto, seguir usando las mascarillas y las medidas de protección a las que el Covid-19 nos ha obligado a acostumbrarnos. Ustedes mismos.

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