Si la escalada armamentista
marroquí, si el recrudecimiento de la situación en el Sáhara Occidental, si la
invasión de inmigrantes marroquíes a las Islas Canarias y si el tráfico de
inmigrantes irregulares y de drogas a través del Estrecho de Gibraltar no
fueran suficientemente preocupantes para España, EE UU acaba de reconocer, en
contra de la ONU, el robo del Sáhara Occidental por parte de Marruecos a cambio
de que los alauitas reconozcan el Estado pirata de Israel ¡Cuidado! porque son
los yankees los que dan y quitan patente de corso. A los españoles no se les
está informando de todo lo que está sucediendo, no se les ha dicho la verdad de
por qué se ha aplazado la cumbre hispano-marroquí, se les ha mentido sobre el
traslado de miles de inmigrantes marroquíes desde Canarias a la Península y ni
una sola palabra se les ha dicho sobre la cantidad de petróleo y, sobre todo,
de “tierras raras” que se han encontrado en las aguas jurisdiccionales de las
Islas Canarias. Es precisamente el control sobre esas “tierras raras” una de
las razones, solo una más, de lo que está pasando, pues los EE UU son muy
dependientes de estos minerales y el principal productor es China. Tampoco se
ha dicho a los españoles que, aunque nuestro país forma parte de la OTAN, esta
organización no ampara las ciudades de Ceuta y Melilla. Conviene que todo el
mundo sepa que esta fue precisamente la razón por la que el entonces presidente,
Adolfo Suárez, se negó a que España entrara en la OTAN, y una de las razones
del golpe de Estado, el que triunfó con su dimisión, no la “tejerada” del 23F
que aconteció solo unos días después. Así que, si algún iluso piensa que los EE
UU, Francia o Lituania, a pesar de enviar a nuestros F-18 a meter el dedo en el
ojo de Rusia en sus mismas fronteras, van a venir a defendernos si nos ataca Marruecos,
está muy equivocado. Pedro Sánchez no irá a Marruecos, cuando vaya, a decir al
sátrapa Mohamaad VI que si pasa una patera o una planeadora más hacia Canarias
o hacia Andalucía con inmigrantes o con droga le devuelve el millón de
marroquíes que ya hay en España, irá a lamerle las babuchas, como han hecho todos
los presidentes anteriores con el tirano actual o con su padre, de los que el
emérito es, según dice, “hermano”. Naturalmente, ni la derecha ni la
ultraderecha dirán nada de todo esto, solo hablan de la inmigración porque
saben que los españoles empiezan a estar hartos y esos partidos quieren arrimar
esa ascua a su sardina. Todos permitirán las fechorías de Marruecos y que los
EE UU, a pesar de disfrutar de bases militares impagables en nuestro país y de nuestra
colaboración en guerras y aventuras imperiales, apadrinen a los corsarios alauitas
en contra de los intereses de España. Con los políticos que tenemos, que Dios nos
coja confesados.
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