No es la primera vez que hablamos
de un “Cisne Negro”, un acontecimiento no previsto que puede tener
consecuencias dramáticas. La verdad es que alegremente se pone esa etiqueta del
ave negra de la familia de las Anatidae a acontecimientos que sí fueron
previstos, otra cosa es que nadie hiciera caso a quienes los previeron, como,
por ejemplo, el estallido de la burbuja financiero-inmobiliaria por los impagos
de las hipotecas Subprime. Seguramente el coronavirus que ha surgido en un
mercado de una ciudad china tiene muchos de los atributos de un verdadero “cisne
negro”, siempre que usted no haya leído el libro “La venganza de la Tierra”, del
centenario ecologista británico, James Lovelock, claro, donde el científico elaboró
la teoría de “Gaia”, para explicar que nuestro planeta se autorregula y que si
una especie abusa demasiado de la Biosfera la madre Tierra se la carga. En fin,
sea como fuere, mientras el coronavirus 2019-nCoV avanza con su guadaña por
China y la gente se empieza a alarmar en todo el mundo, los aficionados a las
conspiraciones (conspiraciones para intentar arreglar la que ellos mismos han liado parda) están en un sin vivir. Me explico: Hemos comentado otras veces que los EE UU
tienen un gravísimo problema con el imprudente gran apalancamiento de sus compañías petrolíferas con sus bancos para extracción de petróleo por fractura
hidráulica. Cuando se tomaron esos créditos el precio del barril de crudo
estaba por encima de los 100 dólares, como la extracción por fractura
hidráulica tiene su umbral de rentabilidad a partir de los 75 dólares por
barril, todo pintaba muy bien, te autoabasteces y encima haces negocio. Pero, hete aquí que el precio del crudo cayó en
picado y entonces las entidades financieras prestamistas y la propia Reserva
Federal se empezaron a poner muy nerviosas. Bajo este prisma óptico, y no el de
provocar una guerra abierta con Irán, hay que entender algunos de los
acontecimientos que se han vivido en los últimos meses en el Estrecho de Ormuz y
el asesinato del general iraní en las inmediaciones del Aeropuerto de Bagdad
por dos misiles lanzados por un dron estadounidense. El petróleo había
repuntado levemente y si se echaban un par de paladas más de carbón al fuego
era previsible que lo hiciera por encima de los 75 dólares por barril. Asunto
solucionado. Pero no, un “Cisne Negro” aparece en China, un “Cisne Negro” que
puede afectar, ya afecta, como le estoy contando, a todos, y cuando escribo
están líneas el petróleo vuelve a caer por debajo de los 60 dólares por barril.
Atentos.
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