Pedro Sánchez ha roto las
negociaciones que mantenía con UP para la formación de un Gobierno de
izquierdas con apoyos exteriores. El PSOE no tiene mayoría, pero ha ganado las
elecciones con mucha diferencia sobre el segundo partido, el PP, así que nadie duda que es el
partido que tiene que gobernar, por eso el Rey ha encargado a Sánchez formar
Gobierno. Aunque los socialistas llevan mucho tiempo pactando con IU y ahora
también con Podemos en ayuntamientos y CC AA, nunca han querido hacerlo en el
Gobierno del Estado. Recordemos que cuando Felipe González perdió la mayoría
absoluta y pudo gobernar sin mayores problemas con IU, prefirió hacerlo con la
CIU de Jordi Pujol (de aquellos polvos vienen muchos de los lodos actuales) y
que también el propio Pedro Sánchez prefirió firmar un acuerdo derechista con
Ciudadanos, a los que daba la vicepresidencia del Gobierno y tres ministerios,
un acuerdo que no sumaba, antes que hacerlo con IU y con Podemos, un acuerdo
que sí sumaba. Pero, también en aquella ocasión se echó la culpa a Iglesias de
no pasar por aquel trágala. Yo pensaba que las cosas habían cambiado en el
PSOE, que los socialistas habían rectificado de algunos de sus errores y que Sánchez
se fiaba ahora más del que le dijo premonitoriamente “Pedro, ten cuidado con el
de la cal viva” del que le ayudó en la moción de censura y del que le echó
capotes cuando, en los debates electorales televisados le llamaban mentiroso. El
giro hacia la izquierda del PSOE y su colaboración con UP logró que los socialistas
españoles, que, como casi todos sus compañeros europeos estaban de capa caída,
levantaran cabeza, crecieran electoralmente y, lo que es más importante para la
gente, que se subieran las pensiones y el salario Mínimo Interprofesional a 900
euros. Pero, no es la primera vez que se muere de éxito, que es mucho más
estúpido que morir de fracaso. Cuando casi nadie hablaba de Iván Redondo, el
asesor electoral de Sánchez, algunos ya lo hacíamos. A él se debe en buena
parte los éxitos de Sánchez y que los socialistas presentaran una moción de
censura contra Rajoy que muy pocos pensaban que tenía alguna posibilidad de
éxito. Pero Redondo no es socialista, es un muy listo gurú de la estrategia política,
y ahora, sugiriendo a Sánchez una loca estrategia, está a un milímetro de
pasarse de listo. La verdad es que no había ninguna voluntad de pactar un
Gobierno de coalición con UP y una vez que el PSOE no tiene ninguna posibilidad
de pacto con Ciudadanos, para repetir la misma historia del 2.016 (porque
Albert Rivera ha descubierto de donde obtienen los votos, por eso su formación
ha crecido nada menos que 25 escaños) lo que se quiere es llevar a los
españoles a unas nuevas elecciones con la esperanza de conseguir la mayoría
absoluta. Pero, para que esa operación salga bien hay que echar la culpa a UP y
demonizar a Iglesias. Se trata de convencer a los españoles de que es por culpa
de Pablo Iglesias que vamos a ir a unas nuevas elecciones y para eso los
socialistas ya han puesto a trabajar a destajo a su potente aparato mediático e
Iván redondo lleva días preparando lo que tiene que decir Pedro Sánchez en una
sesión de investidura que no será una sesión de investidura, sino que aspiran a
convertirla en la crucifixión del líder de UP. Mucha gente está alarmada con lo
que puede suceder y hasta el PNV ha advertido de lo peligroso que es jugar a la
ruleta rusa. La consulta de Iglesias a las bases ha irritado mucho al que
aspira a convertirse en el Rasputín español, porque no es lo mismo decir que la
culpa es de Iglesias que de la mayoría aplastante de su organización. Así que
no debe extrañarnos que consultar a las bases sea tachado de antidemocrático
por el PSOE o por los anticapitalistas de UP, precisamente porque no quieren
pactar con el PSOE. Al “marqués” que tiene la vivienda más barata de todos los
principales dirigentes políticos, al “coletas”, al líder de los “piojosos” hay
que quemarlo en la hoguera y responsabilizarlo de que no haya un Gobierno de
izquierdas y que tengamos que ir a nuevas elecciones. La cosa puede salir bien,
o mal, en 2.016 salió mal, ganó las elecciones Rajoy y el PSOE cosechó uno de
los peores resultados electorales de su historia.
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