Este fin de semana se ha reunido
el Consejo Ciudadano Estatal de Podemos para analizar los malos resultados de
las pasadas elecciones, recordemos que los malos resultados se vienen
repitiendo en las cinco últimas convocatorias electorales. Abro paréntesis, llama la atención el interés de
los medios de comunicación y, merced a su mediatización, de la opinión pública
por la pérdida de escaños de Podemos y por sus problemas internos, porque el PP,
por ejemplo, ha perdido el doble de diputados, ha enviado a Siberia a todos los
que apoyaron a Soraya y eso no merece ni la décima parte de la atención, cierro
paréntesis.
Las conclusiones del análisis que
han hecho los dirigentes de Podemos ponen
el acento en los problemas territoriales, donde cada uno va por libre. Pablo Iglesias
ha dicho que cuando iba a dar un mitin tenía que preguntar cómo se llamaban
allí, pues ni el mismo lo sabía. Es cierto que eso, y la falta de disciplina y
supeditación de los órganos inferiores a los superiores, que no hay que
confundir con la necesaria descentralización, tiene bastante que ver con la imagen
que Podemos ha proyectado en la sociedad española, y también los personalismos
y traiciones que han aflorado en Podemos en los últimos tiempos, cuyo mayor
exponente es Madrid. En eso aciertan. Pero, yo no creo que esas cuestiones hayan
sido las que más han influido en los malos resultados electorales de Podemos y
de Unidas Podemos. Subjetividades aparte, porque habrá opiniones para todos los
gustos o para echar balones fuera por la banda o por el fondo, yo creo que no
hay mejor análisis que volver de la galaxia donde los de Podemos se han ido a
vivir, aterrizar y preguntar a la gente que opina de ellos y de sus políticas,
porque la gente, y no los dirigentes de Podemos, son los que votan ¿Está la
gente mayoritariamente a favor de coquetear con los independentistas, de
defender a okupas y manteros, de abrir las puertas a la inmigración irregular
masiva, de las leyes de género inconstitucionales, etc? y, lo que es más
importante ¿son esas posturas, verdaderamente, políticas de izquierda?
La gente confía en organizaciones
políticas que den soluciones cabales a los problemas reales, no que vendan
humo, que hagan propuestas demagógicas o que caigan en bobadas, como feminizar
su nombre. Podemos no solo no ha hecho un análisis completo y serio de lo que
le ha pasado, se empecina en los errores y añade otros. Las últimas propuestas
de subir el SMI (y mire usted que yo he
defendido la subida a 900 euros) a 1.200 euros y de poner un salario social
generalizado de 600 euros no son propuestas serias, no lo son en la coyuntura
económica en que se encuentra nuestro país y nuestro entorno, con otra grave
crisis que ya enseña las orejas, y en un país con una Deuda Pública del 100% de
su PIB. El entonces candidato del Partido Socialista Francés, Hamon, defendió en la campaña electoral a la
presidencia de la república un salario social generalizado de 700 euros, legalizar la
marihuana y el hachís y un impuesto a los robots ¿sabéis qué ha pasado con el
PSF? Defender los servicios sociales básicos: Sanidad, Educación, Justicia y Pensiones
es fundamental y crear puestos de trabajo para los jóvenes, más del 45% en
paro, también. Pero, para eso, y para amortizar la gigantesca Deuda cuyo pago
ya se lleva una importante porción de los Presupuestos, hay que recaudar más y
gastar menos, y hay que recaudar más sin subir los impuestos y gastar menos sin
tocar los servicios sociales básicos ¿cómo? pues entrando a saco contra la
economía sumergida y el fraude fiscal y metiendo tijera a los gastos superfluos
o no justificados, que son muchos. Esas sí son políticas progresistas y quien
las defienda, pero de verdad, contará con la confianza de una gran parte de los
españoles.
Aterricemos.
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