Dos cosas me ha enseñado la vida:
nunca, nunca, nunca, te debes fiar de la mar, ni de los socialistas. Una mar
totalmente en calma y, de repente, sin saber el cómo ni el porqué, viene una
ola gigantesca y casi te lleva con ella para siempre, o un partido que te
engañó de largo con el eslogan “OTAN, de entrada no”. Necesariamente tienes que
tomar buena nota. Pues bien, el partido que ganó las elecciones con una
diferencia de 57 escaños con el segundo gracias a los votos que se reparten las
izquierdas y que, influidos por las coyunturas, van a unos u a otros, ese
partido al que sus votantes gritaban en la noche electoral “con Rivera no”, el
mismo partido cuyo secretario general y ahora presidente del Gobierno, todavía
gracias, sobre todo, a Unidos Podemos, dijo mil y una veces lo del “no, es no”
a la investidura de Rajoy, ese mismo partido y ese mismo secretario general
piden ahora la abstención a Ciudadanos y al PP para que el del “no, es no”
salga investido presidente ¿se puede tener la cara más dura?
Los conspicuos socialistas ya no
saben que hacer para evitar tener algún ministro de UP, primero manifestaron
que solo con los escaños de los de Iglesias no tenían suficiente, que no
sumaban, pero cuando el PNV y ERC les dijeron que tener ministros de UP no era
para ellos ningún inconveniente este argumento se les vino abajo; luego se
sacaron de la manga lo de “un Gobierno de colaboración”, es decir, cargos de
segunda fila para los de Iglesias, pero ni de coña permitir que se sienten en
el consejo de ministros; lo último, lo más patético, ha sido que el presidente
del Gobierno se ha vuelto a reunir con Casado para pedirle la abstención en la
investidura a cambio de traicionar a UP y a una buena parte de los votantes
socialistas. Tremendo, sobre todo si recordamos que, tras las elecciones generales de 2.015, y a cambio de solo 40 diputados de Ciudadanos, que sumados a los 90 del PSOE solo llegaban a 130 escaños, Pedro Sánchez había ofrecido la vicepresidencia y tres ministerios a Rivera, firmado y rubricado. Estas cosas, es decir, la búsqueda de un instrumento
para evitar que los “piojosos” toquen poder del Estado, tienen mucho que ver
con lo que está pasando en Ciudadanos, todos los que dimiten en el partido de
Rivera dicen que querían abstenerse para investir a Sánchez como presidente del
Gobierno, para eso querían los poderes fácticos a Ciudadanos, naturalmente, no
para sustituir al PP. Pablo Iglesias había manifestado que esperaba que Pedro
Sánchez no lo estuviera engañando, pero ¿es que Pablo Iglesias no ha visto ya
esta misma película? ¿pasaría Pedro Sánchez ahora la prueba del polígrafo? Epitafio:
exactamente así, de esta misma manera, se ha suicidado toda la socialdemocracia
europea.
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