S M el Rey ha pedido a las
distintas formaciones políticas una campaña electoral austera. Está bien, pero
a mí me llama mucho la atención que ese llamamiento no se haya hecho antes,
porque campañas electorales ya ha habido unas cuantas. Yo creo que no se ha
hablado mucho de las campañas electorales en España, seguramente porque hay
muchos a los que no les conviene, pero, ya va siendo hora:
La democracia no es tal si todos
los partidos no juegan con las mismas cartas. No me refiero al injusto y
desproporcional reparto de escaños, que también, sino a la financiación y a los
medios con los que cuentan quienes se presentan ante el electorado. Cae de
cajón que quienes disponen de un impresionarte aparato mediático, con cadenas
de TV y radio y con periódicos afines, tienen mucho mas fácil encandilar al
ingenuo elector. Y no digamos los que obtienen millonarios préstamos de los
grandes bancos, que luego les perdonan. Pero, por si eso fuera poco, algunos
partidos políticos, en concreto el PP y el PSOE, han recurrido al dinero negro
de las mordidas o al que llegó de sus compañeros alemanes del SPD y del propio
Gobierno de la UCD, respectivamente.
Felipe VI pide una campaña
austera pensando en que a los españoles no les hace mucha gracia que se gaste
su dinero alegremente, pero, en democracia no hay dinero mejor gastado que el
de las campañas electorales, siempre que sea limpio y no se despilfarre, como
enviando sobres con las papeletas a los domicilios particulares cuando los hay
en los colegios electorales o poniendo las caras con sonrisa Profidén de los
candidatos en caras vallas publicitarias y en todas las farolas del alumbrado
de las ciudades. Pero, junto con esa austeridad a la que algunos, como el Rey,
llaman sinceramente, otros también piden que la campaña sea corta, que haya
pocos mítines y pocos debates. Si tuviéramos la desgracia de tener que ir a
unas terceras elecciones se pediría que no hubiera ni campaña. ¿Será que los
despilfarradores se han vuelto austeros, comedidos y quieren velar ahora por
nuestro dinero o será que los que tienen mucho que esconder no quieren que sus vergüenzas
se ventilen demasiado? Porque, mientras ya han puesto sus aparatos mediáticos a
funcionar a toda máquina y a sus “expertos en comunicación” a intoxicar, que se
hable a todas horas y muchos días de sus múltiples casos de corrupción y de lo
que han firmado con la derecha para hacer imposible un Gobierno de izquierda no
les interesa en absoluto.
No confundamos una campaña
electoral austera con una campaña electoral secuestrada.
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