En contra de lo que opinan
algunos analistas, yo creo que la bajada del listón de las pretensiones de
Podemos, tanto en cargos en un hipotético Gobierno de izquierdas, como de
medidas programáticas, no se debe a una rectificación, a un cambio de actitud, a
una bajada de pantalones y, mucho menos, al miedo a unas nuevas elecciones. El
acuerdo firmado entre el PSOE y Ciudadanos, cuando al mismo tiempo había una
reunión negociadora de la izquierda “a cuatro”, no solo dejó diáfano cuales
eran las prioridades de los socialistas, su escenificación mediática y la
importancia que se le dio, con Pedro Sánchez y Albert Rivera firmando
sonrientes delante de las cámaras, hizo comprender a los dirigentes de Podemos
con quien se jugaban los cuartos. Pablo Iglesias vio la luz y comprendió qué se
podía esperar del PSOE, que se aliaría con el diablo si fuera necesario antes
que gobernar con los partidos a su izquierda. Una cosa son los Ayuntamientos y
las CC AA y otra muy distinta el Gobierno del Estado.
Hay gente a la que no le gusta ni
la ideología ni la coleta de Pablo Iglesias, pero todo el mundo está convencido
de que es un tipo inteligente. No se obtienen 69 diputados desde la nada sin
serlo. Por eso yo estoy convencido que el líder de Podemos se ha dado cuenta
que unas nuevas elecciones serán inevitables y que debe actuar en consecuencia.
En unos nuevos comicios está claro a donde van a ir los votos de la derecha, se
repartirán entre el PP y Ciudadanos y es probable que el partido de Albert
Rivera obtenga alguna rentabilidad de los escándalos de corrupción que afectan
a los populares. Yo no creo que exista trasvase de votos entre el PSOE y
Ciudadanos, en ningún sentido, y, si lo hay, será mínimo, en contra de lo que
también manifiestan algunos. Pero, lo que puede suceder en el universo de la
izquierda puede tener mucho mas calado, porque si entre el PP y Ciudadanos no
hay diferencias ideológicas, entre el PSOE y los partidos a su izquierda hay un
abismo. Además, y eso es muy importante, en unas nuevas elecciones otra vez
podría caber la posibilidad del “sorpasso”, es decir, que el PSOE, por primera
vez en España, deje de ser el principal partido de la izquierda. Ante los que
no quieren nada contigo, solo que te abstengas para ellos gobernar, puedes
ceder en casi todo, menos en estar en el Gobierno, que es por donde los
socialistas no piensan pasar. Puedes aceptar la Reforma Laboral de Zapatero,
puedes renunciar a la vicepresidencia, puedes renunciar a que el equilibrio del
déficit se demore unos cuantos años, etc. Si, además bajas el tono y le regalas
un libro de baloncesto, con cariñosa dedicación, al secretario general del PSOE
y candidato a la presidencia del Gobierno nadie podrá decir que Podemos no ha
hecho todo lo posible y lo imposible por llegar a un acuerdo para un Ejecutivo de
izquierdas. Pedro Sánchez ha caído en una trampa y el solo ha metido la pata en
el cepo al firmar un acuerdo derechista con Ciudadanos.
Podemos no teme a unas nuevas
elecciones y se equivocan los que piensan que algo va a pasar factura a la
formación morada. También se equivocaron todas las encuestas cuando en las
pasadas elecciones vaticinaban que Ciudadanos obtendría mas votos que Podemos.
El empeño de Pablo Iglesias de que IU también estuviera en un Gobierno que
nunca va a existir y el darle algún protagonismo a Alberto Garzón hay que
entenderlo en la misma estrategia. Por culpa del sistema electoral IU solo ha
obtenido dos diputados, pero sus casi un millón de votos pueden ser entre doce
y catorce diputados si va a las elecciones con Podemos. De haber ido juntos en
las últimas elecciones el “sorpasso” ya se habría producido pues Podemos+IU
sumaron 6.112.438 votos y el PSOE obtuvo 5.530.693.
Puede que no cambie la
correlación de fuerzas entre los conjuntos de la izquierda y la derecha en unas
nuevas elecciones generales, pero, el PSOE, que ya tuvo su peor resultado en
los pasados comicios, lo puede pasar muy mal intentando explicar a los
españoles de izquierda porqué prefirió pactar con la derecha. Pablo Iglesias,
en cambio, lo tendrá fácil para destrozar a Pedro Sánchez.
No coincido para nada con su análisis. No veo por ningún lado que la inteligencia de Pablo Iglesias esté en la base del cambio en las pretensiones (bajada del listón o del nivel de exigencia) de su partido, ante un eventual acuerdo para constituir un acuerdo de Gobierno, con la configuración que fuese, entre PSOE y Podemos. Bien al contrario, interpreto que dicho cambio está basado en el descenso de las expectativas electorales que le atribuyen las encuestas; aún expresando mis reservas sobre la veracidad de dichos pronósticos o de que no estén siendo utilizados de forma artera por algunos medios de comunicación.
ResponderEliminarLa pretensión de Podemos de lograr el “sorpasso” sobre el PSOE, creo que habrá de quedar para mejor ocasión. A mi me sorprendieron los resultados obtenidos por la formación morada en las elecciones del 20-D. Siempre consideré que, en el mejor de los casos, difícilmente sobrepasarían el 15 % de los votos. Sin embargo, alcanzaron en torno al 20 %, porque se produjo un trasvase de votos del PSOE y, en menor medida de IU, hacia el partido de Pablo Iglesias. En ese resultado también tuvieron mucho que ver las confluencias con formaciones nacionalistas de izquierda.
Pero la situación ya no es la misma. Podemos ha perdido frescura. Está sufriendo las consecuencias de gobernar en algunos Ayuntamientos importantes y de apoyar al PSOE en otros gobiernos locales y autonómicos, sin que esa acción de gobierno se haya traducido en otra cosa que ocurrencias tales como los cambios en el callejero o el impulso de posiciones guerracivilistas y de su simbología (bandera, etc.). También está sufriendo las consecuencias de sus crisis internas, de una financiación cuestionable desde países que no pueden presentarse como el paradigma de la democracia y del desarrollo social. Además, habría que añadir que han incurrido en los mismos defectos que tanto criticaron en otros partidos: nepotismo en los nombramientos de cargos de confianza o utilización de privilegios como los vehículos públicos, etc. Y es que una cosa es predicar y otra muy distinta es dar trigo.
Yo creo que eso Pablo Iglesias lo sabe y a él y a su partido no le interesa en estos momentos la convocatoria de nuevas elecciones legislativas. Muy probablemente, considera que su “ventana de oportunidad” se ha cerrado y que no existe probabilidad de que vuelva a abrirse en el corto y medio plazo. El problema es que un acuerdo de gobierno con el PSOE o una actitud pasiva por su parte, que propicie un gobierno en minoría PSOE-C’s, es probable que todavía contribuya más a cerrar esa ventana.
Lo siento. He tenido que dividir mi comentario en dos
ResponderEliminarLa actitud de Sánchez de bloquear cualquier iniciativa de gobierno del PP, no sé si va a resultar suficiente para llegar a la Moncloa; pero lo que es indudable es que le ha dado un protagonismo que ayuda a suturar la herida que tenía abierta en su costado izquierdo. En definitiva, bajo mi punto de vista, ha servido para alejar la posibilidad del “sorpasso”. Por otro lado, en una lectura más partidista, está sirviendo para apuntalar su liderazgo al frente del PSOE. Cuestión distinta es que esa táctica haya sido buena o mala para el país.
El estancamiento electoral del PSOE y el acusado descenso electoral de Podemos, pueden desencadenar, en un último extremo, que se produzca un acuerdo entre ambos partidos, que tendría que contar con la abstención de C’s. ¿Le interesa al partido naranja abstenerse para consentir un gobierno de esa naturaleza? Yo creo que no. Sus expectativas electorales parece que van en aumento; aunque a mi me resulte difícil encontrar la justificación para esa eventual ganancia de votos.
Otra posibilidad es que Podemos se abstenga para favorecer un eventual gobierno del PSOE, en base al famoso acuerdo de 56 páginas. No creo que esa abstención favorezca en nada a Podemos; aunque sólo sea porque le va a resultar difícil justificar que para ese viaje no se necesitasen tantas alforjas, puesto que podría haberse abstenido en la anterior sesión de investidura.
En resumen. La situación sigue siendo muy volátil y se va a resolver en un sentido u otro (gobierno con distintas configuraciones o nuevas elecciones). Lo más grave es que en todo este “carajal”, están primando más los intereses partidistas que el futuro de España. Nada nuevo bajo el sol.
El tiempo es un juez insobornable. Ya veremos.
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