
Gracias al apoyo de la
desaparecida URSS muchos países pudieron sacudirse el yugo imperialista, desde
Vietnam a Angola, desde Mozambique a Laos, incluso alguno de ellos lleva en su
bandera el fusil ruso Kalashnikov AK-47, en guerras por la independencia donde
también murieron millones de personas y donde el imperialismo se cebó
especialmente. Aquella dominación grosera fue sustituida por un neocolonialismo
mas presentable, pero igualmente intervencionista e igualmente criminal cuando
las “naciones civilizadas de Europa” lo han considerado necesario. La mayor
parte de los conflictos que asolan el mundo están relacionados con el
intervencionismo imperialista, contrario a la carta fundacional de la ONU.
Los episodios mas recientes
protagonizados por el imperialismo y el colonialismo europeo han sido las
guerras de Libia y Siria, donde países como Francia (que tiene bases militares
en todo el África subsahariana) y Reino Unido han liderado las intervenciones,
arrastrando a sus aliados americanos. Pero, ese imperialismo no es solo de los
Gobiernos, también de muchos intelectuales, periodistas e incluso de una gran
parte de la opinión pública, que se creen con derecho a opinar y decir lo que
hay que hacer en otros países y con otros pueblos, de cuyos problemas no suelen
tener ni idea. Los que con artículos, editoriales y opiniones imperialistas
azuzaron y aplaudieron la intervención en Libia y el apoyo a los rebeldes
sirios, para “llevar a esos países la democracia”, decían, han conseguido que
apareciera el Estado Islámico y que estemos asistiendo al drama de la invasión
de Europa por millones de personas que huyen del infierno. Son precisamente los
que enviaron los cazabombarderos F-18 a Libia o los que retiraron a nuestro
embajador en Damasco los que ahora están mas compungidos y lloran con lágrimas
de cocodrilo ante la avalancha de desgraciados que aporrean nuestras fronteras.
Pero, a esos individuos sin escrúpulos nadie les pasa factura, los que han
hecho todo lo posible para que Europa se sublimara con su última gran fechoría
pretenden salir impunes de sus acciones. Yo, los acuso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario