
Fue también un bombardero B-29,
el tristemente conocido “Enola Gay”, el encargado de lanzar sobre Hiroshima la
bomba nuclear de uranio U-235 bautizada como “Little Boy”. La bomba era muy
sencilla y basaba la reacción de fusión del uranio enriquecido en la superación
de su masa crítica, es decir, en un momento dado se juntaban dos semiesferas
unidas por unos bulones y separadas por unos simples muelles. Esta se aseguraba
con el bombardeo de las juntas de unión por dos pequeños cañones de neutrones
alimentados por reóstatos.
Otro B-29, el “Bockscar”,
portando la bomba nuclear llamada “Fat Man”, fue el encargado de arrasar
Nagasaki. Esta bomba era de plutonio 239 mucho mas pequeña y elaborada. Hasta
el punto que, aunque se habían hecho algunas pruebas, los norteamericanos no
estaban muy seguros de su funcionamiento.
La coartada para autorizar los
primeros y únicos bombardeos nucleares de la Historia fue que si no se rendía
de esa forma a Japón éste resistiría hasta el final y los muertos por ambos
bandos serían muy superiores. Pero, la verdad es que se quería probar la
efectividad real de los nuevos artilugios y enviar un mensaje a Stalin. Si
verdaderamente su hubiera pretendido rendir a los japoneses se podría haber
bombardeado, y borrado del mapa, su monte sagrado, el Fuji Yama, como
advertencia.
La amenaza nuclear es, junto con
el calentamiento global y el cambio climático, la mayor amenaza que pende sobre
nuestras cabezas. Hoy existen en el mundo mas de 15.000 bombas atómicas, la
mayoría mucho mas potentes que las que se arrojaron sobre las ciudades
japonesas. Además, los vehículos portadores o vectores nucleares ya no son, en
su mayoría, bombarderos, sino sofisticados misiles basados en tierra o en
carísimos submarinos estratégicos, lo que multiplica la posibilidad de un fallo
o un error fatal que desencadene el holocausto. Además, la proliferación
nuclear ha hecho que países como Israel, India, Pakistán y Corea del Norte, con menor capacidad
técnica o mucha mas inestabilidad política, también posean estas armas de
destrucción masiva.
Cinco miembros del Consejo de Seguridad
de la ONU (con derecho de veto) son las potencias nucleares, (EE UU, Rusia, China, Reino Unido, y Francia) junto
con los otros cuatro países que he mencionado. El club de la vergüenza.
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