
Los que tenemos la suerte de
residir en Asturias ya hemos visto esta película, al menos en una gran parte.
Conocemos el guión, los papeles y las peripecias, aunque todavía no hemos visto
el desenlace final, que será cosa de la segunda parte. Lo que está sucediendo
con Podemos tiene muchos puntos en común con lo que pasó en Asturias con el
partido que creó Francisco Álvarez-Cascos. Una formación política salida casi
de la nada adquiere en pocos meses gran relevancia gracias a los ecos
mediáticos que provocan las declaraciones de su líder y, contra todo
pronóstico, gana las elecciones. Cuando, algunas semanas antes de la llegada de
Cascos a la presidencia del Principado, analizaba el panorama político asturiano,
llegaba a la conclusión de que la nueva formación podía ser usada como un
ariete contra el poder establecido en la región, porque se daban varios
condicionantes que lo hacían verosímil e incluso necesario, entre ellos los
escándalos de corrupción que se habían producido en la Consejería de Educación,
y otros que están saliendo ahora, pero que ya olían. Para salpimentar el potaje
estaban las dolorosas medidas que Zapatero había aplicado a los ciudadanos, en
particular a los trabajadores, para intentar paliar el gigantesco agujero que
la burbuja financiero-inmobiliaria había dejado en España, y el régimen
clientelar que se había construido en nuestra región. La gente estaba muy
cabreada, tenía ganas de venganza y estaba esperando un instrumento para
canalizarla, ese fue Foro Asturias.
Nosotros ya sabemos que no van a
servir de nada las argumentaciones para evitar que una gran parte de los
españoles voten a Podemos. Yo recuerdo cuando Jesús Gutiérrez, el secretario de
organización de la FSA-PSOE, decía que Foro Asturias era un partido de “extrema
derecha” y aquellas declaraciones se me parecen como un huevo a otro a las que hacen ahora los
conspicuos del PP diciendo que la formación de Pablo Iglesias es de “extrema
izquierda”. ¿A quién le importa eso cuando de lo que se trata es de subvertir
el poder establecido y dar un buen escarmiento al bipartidismo? ¿a quién le
importa eso cuando ha llegado la hora de vengarse? ¿O no es cierto que a Foro Asturias
también lo votó mucha gente de izquierda y que muchos votantes del PP van a
votar a Podemos?
El secretario general del PSOE tiene
exactamente la misma estrategia que el PP, acusar de radicalismo a Podemos y
erigirse como la única alternativa moderada. Pedro Sánchez tampoco ha entendido
nada.
Todo lo que están haciendo los
dos grandes partidos trabaja a favor de que Podemos aumente su intención de
voto. Pero, además, si hay algo que la ciudadanía no soporta es la mentira. No
se puede decir a la gente que no habrá una “Gran Coalición” cuando ya están
negociando lo contrario y cuando todo el mundo sabe que, si peligran sus
sillones y el poder imperante, PP y PSOE acabarán de aliados contra los recién
llegados y gobernando juntos. ¿O no lo hemos visto ya en Asturias?
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