
Tras el nuevo militarismo japonés
están, naturalmente, los EE UU, que ven con preocupación el crecimiento de
China y sus FF AA y no quieren cargar con la mayor parte de los gastos que
acarrea la superioridad estratégica en la zona. Eso mismo se hizo con Taiwán,
que cuenta con unos ejércitos sobredimensionados para la capacidad económica
del país.
Los USA, como todos sabemos,
tienen una gran habilidad para revolver avisperos y crear problemas que luego,
eso sí, padecen, sobre todo, otros. Pero, apadrinar el rearme japonés tiene
muchos riesgos, porque Japón fue el responsable de una buena parte de las
atrocidades que conoció el mundo en el siglo pasado y ese terrible recuerdo
sigue latente en China y en Corea, donde la gente era enterrada viva con excavadoras,
rociada con armas químicas y donde cientos de miles de mujeres jóvenes fueron
entregadas como esclavas sexuales a las tropas imperiales, por poner solo
algunos ejemplos de sus fechorías. El mundo civilizado no debería fiarse de los
que rinden tributo póstumo a esos criminales, pero se ha escrito mucho menos de
la Guerra de Manchuria que de los campos de exterminio como Auschwitz.
EE UU ha reforzado su dispositivo
militar en el Pacífico y en el Mar de China, particularmente en Japón, donde ha
instalado una buena parte del dispositivo antimisiles de la IDE (Iniciativa de
Defensa Estratégica), sobre el papel para protegerse de un ataque de Corea del
Norte con misiles balísticos, pero, en realidad, para neutralizar la capacidad
estratégica de respuesta de China. USA también tiene basada, en Yokosuka (Japón),
y Corea del Sur, la VII Flota, con 60 buques, 350 aviones y 60.000 hombres. Además,
el secretario de Defensa norteamericano, Chuck Hagel, ha dicho en China que “Filipinas
y Japón son aliados de EE UU desde hace mucho tiempo”, en respuesta a las
declaraciones del responsable chino de la Comisión de Defensa, general Chang Wanquan,
que había manifestado que la soberanía china sobe las islas Diaoyu es “indisputable”
y que su ejército está preparado para proteger sus intereses en el conflicto.
Es rebajando la tensión mediante
el diálogo sincero y no apoyando una escalada armamentista, como la nipona, que
puede dar muchos disgustos, como se deben solucionar los problemas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario