
Según la última encuesta que ha publicado el diario “Le Fígaro”, la opinión que los franceses tienen
de su presidente, Françoise Hollande, ha caído en picado, y ya solo es bien
visto por el 19% de los galos. Pero, no son los escarceos amorosos con la
actriz Julie Gayet la causa de la desafección de nuestros vecinos hacia el presidente
de la república, sino, como ocurre en otros países de Europa, las políticas
económicas que el Gobierno francés está aplicando y las que promete para el
futuro inmediato. En efecto, si este año Hollande ha hecho unos recortes
presupuestarios de 15.000 millones de euros, que han afectado fundamentalmente
a los servicios sociales, y ha subido toda clase de impuestos, que afectan
principalmente a los trabajadores y a las clases medias, Hollande acaba de
anunciar que entre los años 2.015 y 2.017 piensa recortar otros 50.000 millones
de euros. En esta política de ajustes presupuestarios se incluye una nueva
filosofía pseudoizquierdista que va un paso mas allá en la derechización
socialdemócrata a la que asistimos desde hace tiempo, lo que Hollande llama
eufemísticamente “redefinición de las funciones del Estado”, en Román Paladino,
privatización de una buena parte de los servicios públicos, sanidad, educación,
pensiones, etc. En esta ofensiva contra el Estado de Bienestar, que tanto
esfuerzo costó lograr a los franceses, se incluye también toda una batería de
rebajas fiscales y de cotizaciones a la seguridad social para los empresarios,
a cambio de que favorezcan la creación de empleo, aunque sea a tiempo parcial,
con contratos en precario y con salarios de miseria, pues el paro en Francia ya
alcanza el 10,5% de la población activa. A eso Hollande lo ha llamado un “pacto
por la responsabilidad”, que, por cierto, me recuerda mucho a la apelación al
deber que hace Rajoy cuando le afean sus promesas incumplidas.
Hollande y su Gobierno ya han
dicho donde van a meter el mayor tijeretazo: en Educación y Defensa, que se llevan
nada menos que 1/3 del total del Presupuesto. Yo, sin embargo, soy muy escéptico
al respecto y no creo que se vayan a reducir sustancialmente los gastos
militares, porque los socialistas franceses no han renunciado a mantener un
poder nuclear independiente, incluidos sus vectores tácticos y estratégicos, y
unos ejércitos con la dimensión y dotación suficientes para cubrir sobradamente
las necesidades defensivas y para mantener el neocolonialismo en el
África subsahariana, donde Francia tiene decenas de bases militares.
Algunos ingenuos pensaban que el
partido socialista francés, tras una larga travesía del desierto, se había
fortalecido y homogeneizado y que sería un freno a las políticas derechistas
que Sarkozy estaba implementando, craso error que los franceses todavía van a
pagar al menos hasta el año 2.017.
Los españoles deberían tomar
buena nota, por si después de todo lo visto con Zapatero todavía albergan
alguna duda, de que la socialdemocracia, aquí o en Francia, ya no responde a las expectativas
de los ciudadanos y que no es una alternativa a las políticas de los partidos
de la derecha, algo que sabíamos, pero que la crisis económica ha dejado en
total evidencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario