
Pero, la risa de Merkel no es
tanto por el arrollador triunfo de su partido, repito, insuficiente para
gobernar en solitario, como porque sabe que volverá a ser la canciller de
Alemania. En efecto, el líder del SPD, Peer Steinbrück, ya ha dicho que “no
pactará con los que no están capacitados para gobernar Alemania”; no se refiere
a los verdes, sino a Die Linke, un partido de izquierda nutrido con excomunistas y socialistas desencantados con el SPD que
quiere otra política para Alemania y para Europa.
Muchos alemanes han sucumbido al
voto del miedo, Ángela Merkel ha tenido la habilidad de hacer creer a la gente
que les puede suceder lo mismo que a los ciudadanos de los países del Sur del
Continente si no siguen sus recetas. Así, a pesar de que la clase media en
Alemania también está sufriendo y de que muchos jóvenes se ven obligados a
aceptar contratos de trabajo basura de 400 miserables euros, ha votado el
programa de su partido, la CDU, y de sus aliados derechistas de la Unión
Cristiano-Demócrata de Babiera, CSU, el 41,5% de los teutones.
El resultado de las elecciones en
Alemania nos va a afectar, y mucho, en los próximos años, porque no solo
estamos hablando de la principal potencia económica de Europa Occidental y de
la UE, también de la política, pues tanto la Comisión Europea como el Banco
Central Europeo bailan al son que les toca Berlín. Continuarán los ajustes
salvajes, no habrá crédito para particulares y empresas y España, cada vez
estará mas endeudada, pagando el interés por su Deuda Pública al cuádruple del
que paga Alemania por la suya, no tanto por el riesgo país como porque hay
diseñada toda una estrategia para que Alemania se financie gratis a costa de
otros países miembros, para que el alto coste de la reunificación, que todavía
se debe en gran parte, lo paguemos nosotros.
Lo mas probable es que los
socialdemócratas del SPD gobiernen con la derecha del CDU/CSU, como hicieron ya
en el 2.005, ante la amenaza de la izquierda. No es una singularidad política
de un país con características históricas muy particulares que están en la
mente de todos, tiene mas que ver con la progresiva derechización que se viene
produciendo en todos los partidos socialdemócratas europeos. Los socialistas,
por ejemplo, también gobiernan con la derecha en Grecia, para frenar a la
coalición izquierdista SIRYZA y han pactado puntualmente con la derecha en
Portugal, para que esta pudiera aplicar su política de recortes.
En España hoy parece imposible
que el PP y el PSOE pudieran firmar un pacto de Gobierno, después de todas las
cosas que se han dicho, pero imagínese usted el siguiente escenario en las
próximas elecciones generales: El PP gana las elecciones pero no tiene mayoría
para gobernar ni pactado con los nacionalistas, el PSOE no remonta, pero
sumados sus escaños a los de IU y UPyD, que suben mucho, puede formar Gobierno.
Hay dos opciones, un pacto roji-verde-magenta, como el que, de forma algo más
que tácita, hay en Asturias, o una gran coalición a la alemana. Diez contra uno
a que, “por responsabilidad y por el bien de España”, como nos dirían, se
impondría la segunda. El verdadero poder, tanto en Alemania como aquí, es el
que decide.
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