Es frecuente ver escritos en las páginas
impresas y digitales de los periódicos que versan sobre este asunto. Se trata de cartas de personas que creen que el medio ambiente es un bar de
copas a medio aforo, gente que suele insultar a ecologistas (ecolojetas, los
llaman), que se refieren a los que viven en las ciudades de forma despectiva como "urbanitas" (para ellos vivir en una ciudad y tener
amplios conocimientos del campo y de la naturaleza es incompatible) y que a las ideologías políticas que no son la suya las llaman “ideologías sectarias". Estos individuos/as dicen, sin cortarse un pelo, que hay que eliminar,
lobos, jabalíes, osos y todo bicho viviente que, según ellos, no solo son un
peligro para las explotaciones ganaderas, frecuentemente las suyas, incluso para las personas, aunque
ninguno recordamos que se reportara ningún ataque ni ninguna muerte de ninguna
persona en nuestra región perpetrado por esas “fieras y alimañas” en los
últimos 50 años. No llama mucho la atención que ese mismo tipo de gente no
critica las macrogranjas, por ejemplo, digo que no llama mucho la atención
porque lo llevan todo en el mismo paquete. Informan que ahora quieren poner en no
sé qué pueblo de España una macrogranja con 70.000 vacas, con lo que eso supone
contra el medio ambiente y contra la salud de las personas, por si ya las de
20.000 cerdos no fueran suficiente. Por criticar este tipo de fechorías y por
apoyar la ganadería extensiva estos mismos casi queman al ministro Garzón, en
la plaza pública, “por ecolojeta” y por “comunista”. Para ellos lo de
“comunista” también es un insulto. No hay una plaga de osos "que pone en peligro
a las personas" ni una plaga de lobos malos que quitan los gusanitos en los
parques a los niños, lo que si hay es una gran abundancia de jabalíes que
destrozan sembrados, que son un peligro para el equilibrio del ecosistema y que también
lo son en la carretera, la hay porque los “controles del lobo” esa manera
eufemística que utilizan para no llamarlas matanzas, y la caza ilegal han diezmado las manadas y
algunos grupos ahora desestructurados no pueden abatir grandes ungulados. A
veces matar lobos tiene el efecto contrario en los ataques al ganado doméstico,
salvo que los mates a todos y solo dejes uno, o dos, como decía hace años un
encantador ganadero de Cangas de Onís, que aseguraba que él también era
ecologista y que no quería exterminarlos a todos.
La mayor fiera y la mayor alimaña
que hay en este planeta tiene dos patas y aunque presume de tener el cerebro
más grande, no lo demuestra. Ninguna especie mata de forma tan masiva y tan
sofisticada a sus propios semejantes, a sus propios hijos, ninguna especie ha
hecho desaparecer a miles de otras especies y ninguna especie está estresando
el Planeta hasta tan punto de poner en cuestión la supervivencia de la Biosfera
completa. Bosques inmensos arrasados, acuíferos contaminados, lagos desecados,
mares y océanos plastificados. Ya vivimos entre nuestra propia mierda. Sin
embargo, a los alimañeros de salón eso no les preocupa en absoluto, porque
nunca hablan ni escriben sobre ello, "eso son pijadas de los ecolojetas”. Sin
embargo, a mí los insultadores o los que dejan abandonado el ganado en el monte,
a veces durante semanas, mientras se dedican a otras cosas, no me preocupan
demasiado, no se puede pedir peras al olmo, los que me preocupan son los
políticos, que son capaces de ceder o de hacer cosas con la irresponsabilidad
que tienen acreditada si creen, craso error, que eso les dará votos. En este
sentido, las fechorías contra el medio ambiente de nuestros políticos son
monumentales y deberían ser perseguidas de oficio. La agricultura
intensiva y el uso masivo de fertilizantes venenosos para el medio ambiente han
convertido el Mar Menor en una cloaca y los purines de las macrogranjas contaminan los acuíferos. Pero, también se permite arrancar ocle de los fondos marinos y
no se ha establecido ningún control sobre el exterminio de la riqueza de los mares
que está llevando a cabo la pesca industrial intensiva. A este ritmo, en diez
años no quedará ni una sola especie en el mar para poder ser explotada comercialmente. Y son solo unos pocos ejemplos.
Así que sigan ustedes preocupados
de las “fieras y de las alimañas” y no de lo que sí deberían preocuparse. Las
“fieras y las alimañas” no acabarán con Gaía, y nosotros tampoco, antes acabará
ella con la única especie que la amenaza.
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