Bien, ya sabemos que se escondía, en verdad, tras la crisis de Ucrania: Todo el mundo es consciente que la principal preocupación de EE UU no está en Europa, está en el Pacífico, y no es Rusia, es China, así que no se entendía muy bien ese belicismo yankee consistente en jalear a los ucranianos y a sus aliados de la OTAN a un enfrentamiento con Rusia. Pero, hete aquí que cuando los nuevos gurús y asesores de Joe Biden ya piensan que el ambiente es el adecuado en Europa va el presidente norteamericano y nombra a Qatar "socio principal no de la OTAN", un eufemismo bastante gracioso para no decir que obliga al Emirato a ponerse a sus órdenes ¿Qué tiene que ver esto con Ucrania? Mucho. Qatar es el segundo exportador mundial de gas, solo después de Rusia, y el país de donde China importa la mayor parte del gas que consume. Aunque el gigante amarillo ha suscrito un contrato, por 30 años, para abastecerse de gas ruso, las infraestructuras necesarias todavía están en desarrollo. Es decir, si cortas ahora el suministro de gas qatarí das un golpe tremendo a China y a su economía. Se trataría de obligar a Qatar a romper los contratos vigentes de venta de gas a China bajo la coartada de que ese gas le hace falta a Europa por culpa del conflicto de Ucrania y del "malvado" Putin, cuando Rusia en ningún momento ha dicho que tenga la menor intención de cortar el gas a Europa, todo lo contrario, y son otros, EE UU, los que llevan meses poniendo todo tipo de obstáculos, de sanciones y de amenazas a la entrada en funcionamiento del gasoducto del Báltico, el Nord Stream 2, que ya une Rusia con Alemania. Rusia saldría perjudicada, China saldría perjudicada, Europa saldría perjudicada y los únicos que no saldrían perjudicados serían los EE UU, el imperio en declive que tiene que recurrir a la piratería para intentar seguir siendo hegemónico. La desastrosa estrategia del caos (crearlo para luego usarlo en el propio beneficio) que diseñara David Petraeus, el general de cuatro estrellas que fuera comandante en jefe para Oriente Medio y luego director de la CIA, está siendo sustituida por las jugadas geoestratégicas a tres bandas. Pero, el mundo no es el billar y las complicadas operaciones de ingeniería no suelen salir bien en política internacional. Debemos recordar que el ataque a Pearl Harbor, aquel ataque por el que los americanos se vieron tan agraviados, estuvo precedido de un embargo a Japón que ya duraba más de seis meses, un país industrial que no tiene materias primas. Los alemanes ya se han dado cuenta de la jugada hace semanas y los franceses tampoco las tienen todas consigo, aunque poseen 58 centrales nucleares para abastecerse de energía. Por supuesto, en España, como casi siempre, estamos en Babia y a lamer el trasero al que nunca llegó, Mr. Marshall, pero que, eso sí, bendijo la dictadura franquista a cambio de cuatro bases militares.
Joe Biden recibirá al emir de Qatar, Tamim bin hamad al Zani, el lunes 7 de febrero en la Casa Blanca para venderle sofisticadas armas y garantizarle que Arabia Saudí no se va a meter otra vez con él a cambio de que rompa los acuerdos de suministro de gas firmados con China. Por supuesto, no se va a tratar de una sugerencia. Al grano y resumiendo, dos son las consecuencias para usted, querido lector: una, va a tener el gas y la electricidad todavía más caros y, dos, bueno, esa todavía no es segura y no se la voy a decir hoy, no quiero asustarle demasiado.
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