LA INFLACIÓN SE COME LAS SUBIDAS SOCIALES

 

Los datos de la inflación en España en septiembre son demoledores y sitúan la inflación interanual de nuestro país en el 4%. Esto quiere decir, así se crudo, que la inflación ya se ha comido, con creces, la subida del Salario Mínimo Interprofesional, que fue de poco más del 1,6%, y se va a comer las subidas de las pensiones que, salvo las más bajas, que subirán un 3%, y también perderán poder adquisitivo, subirán un 2%. En una anterior entrega ya comenté que durante el gobierno de Rajoy, con un miserable incremento de las pensiones de solo el 0,25%, los pensionistas habían ganado poder adquisitivo, pues entonces en España había una inflación negativa. Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Varias son las razones de la subida de la inflación, por este orden: incremento de los precios de la electricidad, incremento de los precios de los combustibles y, en general, de las materias primas, incremento de los precios de la vivienda e incremento de los precios de los alimentos. Capítulo aparte merecen para mí otras causas, que a veces mediatizan en buena parte a las anteriores, como la mayor actividad económica una vez terminada la pandemia y que los bancos centrales han estado imprimiendo dinero fiat como locos y repartiéndolo gentilmente. El fenómeno no es exclusivo de España y afecta a todo Occidente. Así ha situado la inflación de septiembre al índice interanual en algunos países con los que nos podemos comparar: Alemania 4,1%, Reino Unido 3,2%, Italia 2,6%, Francia 2,1%. Obviamente, las mejores cifras de Francia e Italia se deben a sus políticas energéticas, sobre todo las relacionadas con la electricidad, más cabales e inteligentes. Particularmente alarmante es el índice de inflación interanual en los EE UU, que septiembre ha situado en el 5,4%. Estamos hablando del país, con diferencia, más endeudado del mundo y del que más dinero sin respaldo de valor ha imprimido en los últimos dos años, más de seis billones de dólares. Pues bien, si con todos esos cromos que han repartido a las empresas y particulares no hubieran tenido suficiente, la semana pasada la Cámara de Representantes ha autorizado a la Reserva Federal a imprimir más dinero fiat para que el Estado no entrara en suspensión de pagos. Mientras algunos están poniendo el acento en los problemas de salud mental de los ciudadanos, debieran ponerlo en la salud mental de los políticos. En contraste, China, a pesar de verse muy afectada por el incremento de los precios de las materias primas, mantiene una inflación interanual del 1%. Pero, China no ha puesto a la máquina de hacer billetes a trabajar a todo trapo y allí hay que trabajar y mancharse las manos para vivir, no del cuento o de intercambiar papeles. Pues bien, si la coyuntura económica actual, con unos niveles alarmantes de inflación, pero con las economías en crecimiento, es preocupante, mucho más lo será cuando el efecto rebote desaparezca, el precio de las materias primas siga subiendo y el incremento estratosférico del precio de la electricidad afecte todavía más de lo que ya está afectando a muchas empresas. Entonces nos daremos de bruces con la estanflación, una situación con la inflación alta al mismo tiempo que decrece la economía y aumenta el paro. Para 2023, muy probablemente.