
Esta conferencia nace bajo la
amenaza de las encuestas, que vaticinan una debacle histórica para los
socialistas, que ya cayeron estrepitosamente en casi todo el Estado en las
últimas elecciones autonómicas y municipales, además de haber perdido las
elecciones generales. Es curioso, pero demuestra hasta que punto el PSOE ha
perdido el contacto con la realidad y con los ciudadanos que, a pesar de las
brutales medidas de ajuste que está aplicando el Gobierno de Rajoy, cebándose
especialmente en los trabajadores y pensionistas, los socialistas ya están
siete puntos por debajo del PP en intención de voto, y eso que los populares también
sufren un severo desgaste.
Yo resumiría la situación en que
se encuentra el PSOE en pocas palabras: ha cundido el pánico. Han sido muchos
cargos públicos, muchos consejeros y muchos puestos de libre designación, los
que han perdido su empleo desde que los socialistas entraron en barrena, pero
el futuro de miles de personas que se habían subido a ese carro que algunos
denominaron “pesebre”, muchos que no han ejercido mas profesión en su vida que
la política, pinta muy mal si se confirman las encuestas. Este no es el mejor
clima para desarrollar ideas y para hacer propuestas que encaren los retos que
tiene nuestro país y palíen los graves problemas de la gente.
En las primeras horas del evento
ya estamos viendo lo que se va a escenificar aquí. Los mismos que colaboraron y
participaron en las fechorías de Zapatero son los que ahora lo critican, los
mismos que adulaban al entonces vicepresidente Rubalcaba ahora, cuando ha caído
en desgracia, le hacen la cama, y los mismos que hablan continuamente de que
hay que regenerar el partido y presentar “ideas ilusionantes” están centrados
en llegar a la secretaría general y a la cabecera de los carteles lectorales
sin importarles que todos los españoles veamos sus luchas intestinas y como
esgrimen sus navajas traperas. Patxi López, Tomás Gómez, Susana Díaz, Carme
Chacón, etc. Unos quieren utilizar la fuerza de sus cargos en el partido, otros
en los Gobiernos y alguna incluso el maquiavelismo mediático de su esposo.
¡Patético!. Pero el problema del PSOE no son tanto sus líderes, que también, como la
falta de programa político y, sobre todo, la falta de confianza que los
ciudadanos tienen en sus improvisadas propuestas. Cuando se pierde la
fiabilidad es muy difícil volver a recuperarla.
El drama del PSOE no es una
singularidad de los socialistas españoles, toda la socialdemocracia europea se
encuentra en crisis porque las líneas maestras de sus políticas ya no se
diferencian en nada de las de la derecha. Eso sí, para despistar se trufa la
política económica, fiscal, exterior, medioambiental, etc, con ocurrencias
pretendidamente progresistas. Eso funcionaba cuando vivíamos en un mundo de
vacas gordas y espigas lozanas, pero cuando las reses se han vuelto escuálidas
y el trigo no tiene grano, cuando, para decirlo de una vez, hay miles de niños
en España que se tienen que acostar con un plato de sopa de sobre y llevan
meses sin comer una pieza de fruta o un yogur, tonterías y bromas, las justas.
Los socialistas tienen una
oportunidad de oro este fin de semana para hacer verdadera autocrítica, pedir perdón a los ciudadanos, especialmente a los trabajadores, y para
presentar propuestas convincentes y de verdadero progreso.
Sí, ya sé que no se pueden pedir
peras al olmo.
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