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Pero Carme Chacón poco tenía que
enseñar a los alumnos de la universidad de Miami Dade y su contrato de un año
ya agoniza. Por sus servicios prestados (Guerra de Libia, por ejemplo) ya está
mas que suficientemente pagada. Por eso vuelve a España con ganas de encontrar
su sitio, el que le arrebató Rubalcaba en el último congreso del PSOE. Y viene
con el mismo discurso para imbéciles, “hace falta una nueva tripulación y hay
que provocar emociones” con el que salió, rabo entre las patas, del cónclave
socialista. De programa, como es natural, no habla.
Que los españoles tengamos que
asistir a estos espectáculos, y los que nos quedan por ver, es lamentable y
doloroso. Mientras millones de personas pasan por graves dificultades, hay un
amplio grupo de personajes que pretenden seguir tomándonos el pelo. Conviene
recordar que Chacón fue ministra de Vivienda en pleno auge de la burbuja
inmobiliaria y que, seguramente para premiar sus “logros”, Zapatero le dio la
cartera del Ministerio de Defensa. Recuerdo también ahora, con vergüenza propia
y, sobre todo, ajena, como Dña. Carme tenía que leer en un folio lo de
“capitán, mande firmes”, pero, aunque no sea un consuelo, también tuvimos de
ministro de Defensa a Narcís Serra, que ni siquiera fue a la “mili” y que ahora
es triste actualidad por lucrarse (1,2 millones de euros anuales) mientras la
entidad pública financiera catalana que presidía, Cataluña Caixa, estaba en
números rojos.
El pánico ante la caída libre ha
cundido en el PSOE y las elecciones se acercan, pero el problema no lo tiene
tanto el partido como los conspicuos que ven peligrar su futuro. Por eso han
sacado las navajas traperas y enseñan los dientes. Tomás Gómez, el dirigente
socialista madrileño, y Carme Chacón, una oportunista de largo recorrido, se
van a disputar el relevo de Rubalcaba, ya caído en desgracia. Es probable que
una buena parte del aparato socialista se alinee con el secretario general de
la Federación Socialista Madrileña, pero Chacón contará con la inestimable
ayuda del aparato propagandístico que dirige su marido, Miguel Barroso, es
decir, La Sexta, Público y el grupo mediático que controla Jaume Roures. Dña.
Carme, cuando era ministra de Defensa, y sin cortarse un pelo, ya puso su
gabinete en el Ministerio, pagado por todos los contribuyentes, al servicio de
su esposo para preparar su campaña.
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