
Los socialistas saben
perfectamente que los partidos de la derecha asturiana no quieren ni oír hablar
de reforma electoral, uno porque saben que solo beneficia a los pequeños
partidos y otro porque este asunto puede hacer saltar por los aires un pacto que
empieza a hacer agua. Por eso no se entiende que tanto IU como UPyD todavía no
hayan reaccionado a esta tomadura de pelo.
Sin embargo, aunque partimos de
premisas distintas, yo coincido con Mercedes Fernández en que este asunto no es
lo que mas preocupa a los asturianos. Los que sostienen el Gobierno de Javier
Fernández tienen otras razones mucho mas poderosas para pasar a la oposición,
como el escándalo de la regasificadora de El Musel, todo lo que está pasando en
el Niemeyer y la retomada pretensión de los socialistas de construir una
incineradora en Serín para quemar 400.000 toneladas de basuras al año (ante la alarma social, han paralizado la brutal subida de la tasa de la basura hasta 2.017, una vez que la planta esté construida recurriendo al endeudamiento, entonces la pagaremos con intereses). Eso sin
contar con la falta de iniciativas para mitigar el gravísimo problema del paro
o la falta de ejecución de varias partidas presupuestarias.
Conviene ahora echar la vista
atrás y recordar algunas de las cosas que pasaron en nuestra tierra no hace
mucho tiempo, cuando nos vendían el macroproyecto de El Musel como un gran
logro, cuando se criticaba al Gobierno de Foro Asturias porque denunciaba las irregularidades
en el Niemeyer (y se convocaban manifestaciones de apoyo al museo) o cuando
Areces y Buendía tomaron la iniciativa de construir la incineradora, proyecto
que paralizó Cascos en el breve tiempo que estuvo de presidente del Principado.
Los dirigentes de IU también deberían acordarse de que no romper el Gobierno
que mantenían con los socialistas, mientras Zapatero daba hasta en el cielo de
la boca a trabajadores y pensionistas y a pesar del proyecto de la
incineradora, supuso una fractura en la coalición y la ruptura con sus aliados
del Bloque por Asturias y supuso que la
militancia no permitiera la entrada nuevamente en el Gobierno y tenga a sus
dirigentes bajo la lupa.
La reforma electoral es
importante, pero los asturianos no entenderían que fuera la causa de romper los
pactos con los socialistas. Como he dicho, hay otras razones, de mucho mas
peso, para hacerlo.