
Sublimándose, en el año 1.997 el Gobierno de Aznar cuelga el cartel de "se vende" sobre la práctica totalidad de las empresas públicas españolas. Ese año, las arcas del Estado ingresaron nada menos que 12.934 millones de euros, por la venta de sus sociedades empresariales, la tercera parte de los 41.495 millones de euros que ha ingresado el Tesoro Público por privatizaciones desde que en 1.982 llegó el PSOE al poder. Por aquel entonces, entre las mentiras que se contaban a la ciudadanía para justificar lo injustificable, el ministro Piqué nos decía que con la "liberalización" de los sectores eléctricos y de hidrocarburos, por ejemplo, habría mas competencia y disminuirían los precios finales para el consumidor.
La verdad es que la política de privatizaciones generó unos ingresos equivalentes al 4,3% del PIB que, junto con la de la especulación financiero-inmobiliaria, permitió al Gobierno del PP, que presidía Aznar, bajar el déficit, que ya por aquel entonces era muy alto.
En enero de 2.010, el presidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero, a pesar de que nos quería vender su supuesto izquierdismo, decide bajar el impuesto de sociedades y privatizar lo poco que quedaba, como el 30% de Loterías del Estado y AENA. Todos recordamos el circo que montó el ministro José Blanco, demonizando a los controladores aéreos para bajarles el salario a la mitad, antes de entregar la gestión de los principales aeropuertos a sus interesados amigos.
Los políticos nos hicieron creer que estábamos en el país de Alicia, una fiesta donde España iba a superar a Francia e Italia y que jugábamos, como nos decían, en la "Champions League". Pero la verdad es que para seguir con la diversión estábamos vendiendo la casa y los muebles y, además, nos seguíamos endeudando.
Pero, hete aquí, que nuestros acreedores ya nos han puesto entre la espada y la pared y se ha terminado el engaño, aunque no todavía el cachondeo. No vamos a relatar aquí todos los recortes sociales, subidas de impuestos y otros aceites de ricino que el bipartidismo ha hecho tragar a los ciudadanos desde mayo de 2.010, algunas cosas, como la jubilación a los 67 años, o quitar la paga de navidad a los funcionarios, nos habrían parecido imposibles hace poco tiempo, pero, me temo que aún no lo hemos visto todo.
Ahora se habla de privatizar los servicios públicos, lo dicen por lo bajini, pero lo piensan hacer esta pandilla de sinvergüenzas que nos siguen gobernando y que nos han llevado al desastre. Es lo único que nos queda, quieren empezar por los ferrocarriles y el agua y seguirán por la Sanidad y la Educación. Algunos ya se están repartiendo RENFE y otros esperan clavar sus fauces en los pilares del Estado de Bienestar en breve.
Pero la privatización de los servicios públicos esenciales es la gota que puede colmar el vaso de la paciencia y el aguante de los españoles. Cuidado.
Nota: una buena parte de los ministros/as que privatizaron empresas trabajan ahora en ellas en altos puestos directivos sin poder ejecutivo, pero con salarios de infarto.
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