
Además de la incapacidad de los ministros de Economía y de Hacienda y del propio presidente del Gobierno (el mismo se erigió en máximo responsable del área económica) para tomar las medidas que son imperativas para controlar el déficit y evitar tener que seguir acudiendo a los mercados de Deuda, que en los bonos a 10 años nos están cobrando más de un 7% de interés, el Ejecutivo de Rajoy también se enfrenta a la rebelión de las comunidades autónomas donde no gobierna el PP. El desplante de Cataluña y Andalucía en la reunión del Consejo de Política fiscal y Financiera y el voto en contra de Asturias y Canarias a las medidas presentadas, lo dice todo. Cataluña, a pesar de que ha tenido que recurrir al rescate, no piensa acometer los ajustes con los que "políticamente" no está de acuerdo; Andalucía tiene un agujero enorme que ya no se puede encubrir, pues todo el mundo sabe ya que sigue habiendo miles de facturas en los cajones pendientes de pago y sin contabilizar. Pero todas las CC AA piensan seguir con las televisiones autonómicas, las subvenciones a los chiringuitos creados durante los años de la alegría, los salarios sociales a colectivos que no tienen ninguna intención de trabajar, los cientos de cargos políticos de confianza, la maraña de la economía sumergida permitida (que no paga impuestos, pero que absorbe ingentes recursos sociales), etc.
Tienen razón los analistas extranjeros cuando siempre ponen el acento en que las CC AA, con sus despilfarros, su clientelismo y su libre albedrío son nuestro principal problema.
Los nuevos reinos de taifas no están dispuestos a recortar donde deben y, como acaba de hacer el Gobierno de Cataluña, dejarán de pagar a los hospitales y los geriátricos para poder mantener sus embajadas en el extranjero y otros lujos que no nos podemos permitir en la actual coyuntura económica.
Tal parece que todos se hubieran confabulado estúpidamente para que el déficit se dispare.
No hay comentarios:
Publicar un comentario