Cuando alguien está empeñado en
suicidarse no puedes hacer nada, y eso es lo que están empeñados en hacer los
burócratas de Bruselas y la mayoría de los gobiernos de la UE. No era la
malvada Rusia la que nos iba a cortar el gas y el petróleo y chantajearnos con
ello, como nos habían contado, es la UE la que no quiere pagar el gar ruso en
rublos y la que quiere dejar de comprar petróleo al primer exportador mundial.
Y eso tiene un por qué y tiene consecuencias: Los que sigan a este humilde
francotirador del teclado recordarán que ya habíamos comentado el año pasado que
EE UU entraría este año 2022, o como mucho en 2023, en un escenario de
estanflación, es decir un escenario con alta inflación y crecimiento negativo,
con todo lo malo que eso acarrea. Pues bien, EE UU, si computamos el mercado de
vehículos de segunda mano (muy importante en ese país) y de la vivienda, tanto
en compra como de alquiler, tiene una inflación en torno al 15%
(hiperinflación) y en el primer trimestre de este año su economía tuvo un
crecimiento negativo del -1,4%. Pero ¿qué hubiera sucedido en EE UU sin la
guerra de Ucrania, sin sus millonarias exportaciones de armas y sin sus
millonarias exportaciones de gas obtenido por fractura hidráulica, al doble de
precio que el gas ruso, cuando ha sido la caída de las exportaciones una de las
causas más importantes de la coyuntura económica de estanflación en USA? Cuando
las compañías petroleras estadounidenses, y las de otros países occidentales,
como REPSOL, están ganando más que nunca y cuando la gente ya no puede llenar
el depósito de su coche por los altos precios de los combustibles, quieren
cortar las importaciones de petróleo ruso a Europa, que suponen, dependiendo de
los países, en torno al 26% del total, siendo muy optimistas. El dinero fiat
que los bancos centrales occidentales han estado imprimiendo como si fueran
cromos y repartiendo gentilmente a particulares y empresas hay que valorizarlo
y hay que atenuar las consecuencias desastrosas de esas locas políticas y eso
se hace con los sacrificios de la gente ¿Verdad que ya se lo habíamos dicho?
En España todavía está fresca la
huelga del transporte por culpa, principalmente, de la carestía del diésel y el
Gobierno ha tenido que poner 20 céntimos por litro de dinero público, es decir,
dinero de nuestros impuestos, para que los camiones volvieran a circular y para
que los supermercados y las fábricas no quedaran desabastecidos/das. A pesar de
ello, Pedro Sánchez es uno de los gobernantes europeos que más está presionando
para cortar el suministro de petróleo ruso. Parece que para la pseudoizquierda
que nos gobierna es más importante sacar pecho en la próxima reunión de la OTAN
en Madrid, con sanciones a Rusia y enviando armas a Ucrania, y seguir las
órdenes de Washington, como hemos visto también en el asunto del Sáhara
Occidental, que los problemas que aquejan a los españoles, a nuestros
camioneros, a nuestros agricultores, a nuestros pescadores, etc, que otra vez
verán encarecidos los combustibles, los fertilizantes, los plásticos, etc. La
grosera campaña antirrusa que hemos visto y estamos viendo en los medios de
comunicación, donde también se ha implantado la censura, era un instrumento
para alienar a la gente, ahora se ve diáfano, así, según una encuesta, el 65%
de los españoles dicen estar a favor de cortar las importaciones de gas y
petróleo rusos aunque se dispare la inflación y nos vayamos al cuerno. Oigan,
pues, ustedes mismos. Siempre le podrán echar la culpa a Putin.
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