España se encuentra en una situación socio-económica muy grave, la más grave que yo recuerdo desde la que había cuando se firmaron, en octubre de 1977, los Pactos de la Moncloa, sin embargo, los condicionantes y las causas son radicalmente distintos; cuando se firmaron los Pactos de la Moncloa hacía solo dos años que había muerto el dictador y el tejido industrial de nuestro país, de aquel régimen, no estaba adaptado a lo que se necesitaba para competir en Europa, solo el turismo era un sector económico en alza. Aquellos pactos tenían como principal objetivo no un pacto de rentas, es decir, que todo el mundo se apretara el cinturón, sino que, con una inflación que superaba el 15%, los salarios no subieran. El empobrecimiento de los trabajadores, como es lógico, podría provocar un estado de indignación muy peligroso, pues aquella sociedad, muy concienciada políticamente y que se movilizaba fácilmente, podría poner en peligro hasta a la propia Transición. Todos a una, como en Fuenteovejuna, firmaron aquello y a continuación vinieron las reconversiones salvajes de empresas, un eufemismo que se empleó para no llamar a las cosas por su nombre, desertización industrial, que llevó a decenas de miles de personas al paro y que, a pesar de la complicidad de los sindicatos mayoritarios, provocó movilizaciones de los trabajadores épicas. Era el primer paso para entrar en la UE. Ahora nuestro país, con más de tres millones de parados, una Deuda próxima al 130 % del PIB, un déficit endémico, una alegría criminal en el despilfarro y en el gasto, sin una política fiscal justa y eficiente, total ausencia de planificación industrial y económica y, especialmente, unas desastrosas políticas energéticas de los últimos 30 años, está en la UCI, no aquejado de coronavirus, agonizante de irresponsabilidad y de falta de profesionalidad a la hora de gestionar las administraciones públicas. A nuestros problemas se une la desfavorable coyuntura económica internacional, que no ha levantado cabeza desde la crisis financiero-inmobiliaria de 2008, porque los sinvergüenzas y los irresponsables no solo los hay en España. La puntilla ha sido la guerra en Ucrania y las sanciones contra Rusia, una patada en nuestro propio culo. Los mismos que daban dinero a Guaidó y lo nombraban "presidente encargado", ahora van a llorar a Maduro para ver si les vende petróleo, esta gente es la que gobierna en Occidente. Pues bien, además de los insultos a Putin, lo que va a escuchar usted más a partir de ahora va a ser "pacto de rentas" y cómo los que llamaban "tahúr del Misisipi" a Adolfo Suárez reivindican ahora su figura y, sobre todo, reivindican los Pactos de la Moncloa. El tinglado se les cae a pedazos y necesitan apuntalarlo con los sacrificios inhumanos de la gente, gente que ya lo está pasando muy mal. No piensan renunciar a administraciones sobredimensionadas ni a gastos prescindibles en una situación de emergencia, nos pedirán sacrificios, muchos sacrificios, mientras pintan las líneas de la carretera de rosa y proliferan los chiringuitos y las ONGs que se nutren de un dinero público que nadie fiscaliza ni controla. Los sindicatos de clase, esos que hace tiempo se han convertido en otra clase de sindicatos, serán actores necesarios para intentar evitar que se descontrole el rebaño, como lo fueron en los Pactos de la Moncloa, ya han sido beneficiados con un montón de millones de dinero público, como las organizaciones empresariales, para que colaboren a hacernos la puñeta. Sin embargo, esta vez va a haber fuerzas políticas que no se van a sumar al aquelarre y la indignación de la gente puede derivar en opciones indeseadas, precisamente cuando las elecciones generales están cada vez más cerca. El cabreo, que pongan a una persona, o a un país, entre la espada y la pared, sí es un arma de destrucción masiva. ¡Cuidado!
Totalmente de acuerdo con el analisis que hace de la situacion del pais y del panorama internacional..pero como ud bien dice hoy hay partidos politicos ( opciones indeseadas los llama ud,desconozco el porque) que van a poner el pie delante a los partidos tradicionales,esos que nos han llevado a donde estamos..de momento a algunos se les ha quedado la cara de gilipollas,incluso a nivel europeo con la entrada de VOX en el gobierno de Castilla y Leon..han cambiado muchas cosas desde los infames y miserables Pactos de Moncloa..y mucho mas que van a cambiar
ResponderEliminarCuando usted está totalmente de acuerdo conmigo es que seguramente he dicho unas cuantas tonterías.
ResponderEliminar