miércoles, 2 de marzo de 2022

LA INVASIÓN PACÍFICA

 


Mientras el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, nos decía en el Congreso de los Diputados lo malo que es Putin, lo que molan las sanciones a Rusia, que quiere incluir a Rusia entre los paraísos fiscales (a Gibraltar no) que va a enviar armas a Ucrania ¿teletransportadas? y que preparáramos la cartera, teníamos nosotros, en España, otra invasión por el Sur, la enésima, desde Marruecos, con miles de inmigrantes, con el permiso de Mohaamad VI, invadiendo Ceuta y Melilla. Todo el mundo debe tener muy claro que las invasiones pacíficas pueden ser muy violentas, como lo tienen muy claro los saharauis. Los marroquíes tienen una larga experiencia en invasiones pacíficas y ya Hassan II, el padre del actual sátrapa, las utilizó como arma de guerra en el Sáhara Occidental, con la Marcha Verde, donde las mujeres y los niños iban en vanguardia. En España ya tenemos más de un millón de marroquíes, la mayoría en situación irregular y sin trabajo, mantenidos con salarios sociales y ayudas de Cáritas (ahí no les importa la cristiandad). Si es pequeño el porcentaje de marroquíes que trabaja en España, el de sus mujeres es muchísimo menor, pues su religión (sunita) lo prohíbe. Tampoco es baladí tener en cuenta que la tasa de natalidad de los marroquíes triplica al menos a la de los españoles, una bomba de relojería, que en Francia está a punto de estallar. Mientras insultamos a Putin, "nuestro hermano" del Sur nos invade y no nos damos por enterados. Hace muy poco tiempo más de 20.000 marroquíes, siempre con el permiso de sus autoridades, invadieron Canarias y tuvieron que ser hospedados, en régimen de todo incluido, hasta el tabaco, en hoteles de cuatro y cinco estrellas. La mayor parte fueron derivados a la Península en vuelos nocturnos, para que la gente no lo viera, aunque nuestro Gobierno había dicho, mintiendo, por supuesto, que serían todos devueltos a Marruecos. Posteriormente hubo otra invasión en Ceuta y Melilla donde tuvo que intervenir el Ejército. Este asunto tiene una deriva que a mí no me gusta nada y si usted piensa que EE UU, Reino Unido, Francia, Polonia, Lituania y, en fin, todos nuestros aliados de la OTAN nos van a venir a echar una mano si tenemos un problema grave con Marruecos es que no conoce el percal, no conoce lo que pasó con el Sáhara Occidental y no conoce una de las causas más decisivas por la que le dieron a Adolfo Suárez un golpe de Estado, el de verdad, en 1981. Que quiere que le diga, a mí me gusta más el estilo de Putin, hasta aquí habéis llegado, que el estilo del buenismo estúpido que siempre acaba en malismo estúpido, pasen ustedes, hasta mi cocina ¡Cuidado!

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