jueves, 10 de septiembre de 2020

CÓMO APROVECHAR EL CASO KITCHEN

 

Desde que el juez, Juan Manuel García-Castellón, ha levantado el secreto del sumario, el mundo se le ha venido encima a Pablo Casado. El líder del PP se ha apresurado a decir a la prensa que cuando pasaban aquellas cosas él solo era diputado por Ávila, confirmando así lo feo del asunto. Pero, el ahora presidente del PP fue nada menos que responsable de Comunicación (que es como se llama ahora a la propaganda) con el Gobierno de los mismos, y con los mismos, que utilizaron las cloacas del Estado, el CNI y dinero de los Fondos Reservados para, entre otras muchas fechorías robar a Luis Bárcenas documentos, en papel y digitales, que comprometían en financiación ilegal, en sobresueldos y, en general, en favores a cambio de obras públicas a altos cargos del Ejecutivo, incluido el propio presidente, Mariano Rajoy. Casado nos quiere convencer de que él solo pasaba por allí. Pero ¿a quién apoyó María Dolores de Cospedal en el congreso del PP donde Casado salió elegido presidente? 

La “operación Kitchen” no es un caso aislado en la corrupción del PP, en concreto es la séptima pieza separada del “caso Tándem”, donde se investigan los turbios negocios del excomisario, José Manuel Villarejo, algunos relacionados con el gobierno del PP. Esta causa la abrió el magistrado de la Audiencia Nacional, Diego de Egea, en noviembre de 2018 y meses más tarde tomó el relevo el juez Juan Manuel García-Castellón. La clave del asunto es que hay una “garganta profunda”, que no es otro que el entonces secretario de estado de Seguridad, Francisco Martínez que, de momento, es el único imputado. Martínez obedeció lo que le ordenaron, pero, temiendo que en el futuro pudiera tener problemas con la Justicia y que lo dejaran a los pies de los caballos, como así ha sido, se guardó documentación muy comprometedora, vamos, se guardó las pruebas que implican a Rajoy a Cospedal y a Fernández Díaz. La izquierda en el Gobierno, apoyada por otros grupos, ha sacado adelante una propuesta, la había presentado ERC, para la creación de una comisión de investigación en el Congreso de los Diputados para dirimir las posibles responsabilidades políticas del PP. Recordemos que esa misma izquierda se ha negado a que hubiera una comisión de investigación sobre Podemos, la diferencia está en que, aunque hay una investigación judicial prospectiva sobre las cuentas de Podemos, contra los de Pablo Iglesias no hay ninguna prueba y contra el PP sí. Sin embargo, aunque a la izquierda le viene muy bien este asunto, son otros los que esperan sacar tajada del escarnio público del PP, sus aliados en algunos gobiernos, Vox. En efecto, Abascal espera aprovechar este asunto y la moción de censura que va a presentar (todavía no sabemos con qué programa y con qué candidato) no para hacer daño al gobierno, cuanto más hable el líder ultraderechista más votos da a Sánchez e Iglesias, sino para fagotizar al PP o al menos levantar cabeza de las malas cifras en intención de voto que las encuestas dan a Vox, que había alcanzado máximos en marzo pero al que ha pasado factura su impresentable papel en la pandemia. El plan lo está preparando muy concienzudamente el vicepresidente de acción política de Vox, Jorge Buxadé, el más radical de todos los del partido ultra. ¿Qué usted no me cree? pues vea y escuche lo que dice la cadena de TV, el Toro, el oráculo de la ultraderecha, al respecto.

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