miércoles, 15 de julio de 2020

REBROTES


Proliferan nuevos focos de Covid-19 en España, que se multiplican en forma exponencial en algunas zonas de la Península Ibérica, donde más en algunas zonas de Cataluña, amenazando ya a Barcelona, en el Este de Aragón y en la capital de España, Madrid. Aparece ahora diáfano que las presiones políticas y económicas para terminar demasiado pronto con el Estado de Alarma fueron un error, porque fiar la gestión de la pandemia, que todavía estaba aquí, a las CC AA y a la responsabilidad de los ciudadanos no está funcionando. Mientras algunos presidentes autonómicos, como el asturiano, toman medidas muy radicales en la comunidad autónoma menos afectada de España, priorizando la salud de la gente sobre todas las demás cosas, suspendiendo, por ejemplo, la Feria de Muestras que tradicionalmente se celebra en agosto en Gijón, otros, como el presidente de Cataluña, no acepta los ofrecimientos de ayuda y de colaboración del Ministerio de Sanidad y de la alcaldesa de Barcelona. El bicho no entiende de colores políticos, ni de fronteras, ni de independentismos ridículos, ni de ninguna de las chorradas de los humanos, lo único que entiende, lo único que quiere, es multiplicarse, si lo dejamos. Tras la finalización del Estado de Alarma y sin ser conscientes que el descenso de contagios y de muertos se debían precisamente a las medidas de confinamiento y de control social, la gente ha vuelto a la irresponsabilidad y al cachondeo, muchos ciudadanos han vuelto a hacer lo que le da la gana. Vista la manifiesta relajación, algunas CC AA han tenido que dar pasos atrás y se ha tenido que implantar la obligatoriedad de las mascarillas en casi toda España. Ahora ya no sirve decir que esto nos pilló por sorpresa y que nadie era consciente de lo que se nos venía encima, ahora ya conocemos lo que el coronavirus es capaz de hacer, llenar los cementerios de muertos, así que si hay que tomar medidas sanitarias de prevención, por radicales que estas sean, habrá que tomarlas. Si llegamos al otoño con una segunda oleada de la pandemia disparada, que se puede juntar con la gripe, entonces la catástrofe sanitaria y económica será completa y al personal sanitario, aunque inequívocamente heroico, no se le puede exigir ni más heroicidades ni milagros, ya hemos abusado de ellos suficientemente. No es de recibo, por ejemplo, que se permita que lleguen personas de otros países a España sin la prueba del PCR en origen, porque los controles visuales, la toma de temperatura automática y los formularios, que es lo que se hace en los aeropuertos españoles, ya se ha visto que son completamente ineficaces para los contagiados asintomáticos. Tampoco se puede permitir que, por las presiones de empresarios agrícolas y de payeses, se tolere la contratación fraudulenta de inmigrantes para la recogida de la fruta; estamos hablando de gente que se mueve entre territorios sin los más elementales estándares sanitarios y que son el origen tanto de enfermedades que estaban erradicadas en España como de la trasmisión del coronavirus. Alguien nos tendrá que explicar cómo es posible que al mismo tiempo que tenemos en estos momentos, entre apuntados a las listas del INEM y acogidos a ERTEs, más de cinco millones de parados necesitamos mano de obra extranjera. Algunos hablaban de regularizar y hasta de dar la nacionalidad a todas estas personas, pero con papeles y regularizados ya no serían una buena mano de obra para explotar, como se ha visto en Italia, donde han desechado, precisamente por eso, estas medidas. Vamos a dejarnos de tonterías y de tomar el pelo a la gente, porque cuando la cuestión es la vida de las personas y la economía de todo un país, algo en una pandemia íntimamente relacionado, cualquiera otra es secundaria. Si el Gobierno Central tiene que volver a tomar las riendas, antes de que la descoordinación y el libre albedrío nos pasen una factura impagable, pues, que las tome.

Foto: el documento gráfico muestra los estragos del trabajo intensivo en la lucha contra el Covid-19 en los rostros de los profesionales sanitarios, otras secuelas más importantes no se ven. Eternamente, gracias.

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