La mal llamada Gripe Española
pugna por ser una de las mayores catástrofes sanitarias de la Humanidad, junto
con la Peste Negra, que afectó a Europa y Asia en el siglo XIV, y con la
expansión de la viruela, que llevaron los conquistadores españoles a América.
Estas tres pandemias provocaron muchos más muertos que la actual pandemia del
Covid-19. La Gripe Española, que trajeron los soldados estadounidenses a Europa
(España, que era neutral en la Primera Guerra Mundial, publicaba los azotes de
la pandemia y por eso se la llamó “española”) fue un brote de influenza virus A,
del subtipo H1N1, que tuvo una peculiaridad: en una primera ola afectó a los
ancianos y a los niños más pequeños, pero, en el segundo embate, el que
aconteció mutado y reforzado en 1918, se cebó con los más fuertes y con los más
jóvenes, con la franja de edad de entre los 18 y 40 años, que no habían sido
afectados en la primera embestida y que carecían de inmunidad. Hago esta reflexión
porque el Covid-19 tiene algunos rasgos de comportamiento dramáticamente
similares a la Gripe Española, una pandemia que provocó entre 50 y 100 (según
las fuentes) millones de muertos en todo el mundo. Nos hemos relajado, y no es
prudente bailar al borde del precipicio porque puedes caerte a él. En España,
como está sucediendo en todos los países donde el confinamiento y las medidas
contundentes de los gobiernos han dejado paso a la desescalada, está habiendo
rebrotes y ya hay comarcas enteras, en Lérida, Aragón o la costa de Lugo, por
ejemplo, donde se han tenido que dar pasos atrás. El Gobierno que preside Pedro
Sánchez ha vuelto a repetir que no se puede descartar del todo que se tenga que
volver al confinamiento total de la población si la situación se volviera
incontrolable. Para mí uno de los mayores errores que se ha cometido en esta
pandemia ha sido fiar el éxito de la desescalada y la vuelta a una relativa
normalidad a la responsabilidad de la gente ¿de verdad usted se fía de la
responsabilidad de la gente? Mientras hay millones de ciudadanos cabales que
usan mascarilla, mantienen la distancia de seguridad y se lavan las manos, hay
otros millones que hacen de su capa un sayo y a los que les importa un pimiento
la salud de los demás y no son conscientes del peligro para la suya propia. Son
precisamente los más fuertes (recuerde usted a quienes mató el segundo embate
de la Gripe Española), a los que no suele afectar el Covid -19, los más
irresponsables, como estamos viendo todos los días. Cuando escribo estas líneas
hay 70 personas infectadas por el coronavirus ingresadas en hospitales de
Lérida, de ellas hay nueve en estado crítico, y esas personas son precisamente
de la franja de edad que se creían a salvo, de los mismos que la guadaña del
segundo embate de la Gripe Española se llevó al otro barrio. Los rebrotes de Lérida
y Aragón (siento no ser políticamente correcto) los han traído los inmigrantes
indocumentados subsaharianos que han llegado allí para recoger la fruta. Sin
papeles, sin control sanitario alguno ¿hablamos de Covid-19 ya mutado o de otra
cepa del virus? sin contrato de trabajo, etc, el buenismo era en realidad malismo. La Generalitat, cediendo a las presiones de los payeses, pone en
peligro a Cataluña, maravilloso. Son, claro está, los gobiernos los que tienen
que imponer la responsabilidad, empezando ellos por ser los primeros
responsables. Todavía no se ha ejecutado ni una sola de los cientos de miles de
sanciones que se impusieron a los que se pasaron por la entrepierna el
confinamiento, y eso da alas. Metan ustedes en cintura a los irresponsables
antes de que les metamos en cintura a ustedes. Ahora ya no vale lo de “nos
pilló por sorpresa a todos”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario