
Todo lo que está pasando me
recuerda mucho, salvando distancias y sin entrar en pormenores, a lo que
sucedió cuando José Luis Rodríguez Zapatero llegó al poder ¿Hay alguien, en su
sano juicio, que crea que el PSOE ganó las elecciones al PP de Aznar por lo
bien que lo había hecho en la oposición y porque tenía un programa ilusionante?
para nada, el PSOE ganó aquellas elecciones gracias a la foto de las Azores, a
que Aznar nos metió en la Guerra de Irak y a que todos los españoles relacionaron
los terribles atentados del 11M con la intervención de España en aquel
conflicto. Si a esto añadimos las mentiras del Gobierno de entonces sobre la
autoría de los atentados (las elecciones generales estaban a la puerta de la
esquina) tendremos que convenir que, en realidad, fue el propio PP el que le
puso en bandeja una victoria al PSOE que unas pocas semanas antes nadie se
habría creído. Pues bien, exactamente lo mismo está sucediendo ahora, nadie
sabe a ciencia cierta que proyecto tiene Pedro Sánchez para este país, salvo
ese federalismo que ningún nacionalista desea y alguna que otra ocurrencia por
el estilo. Pero, la división de la derecha, que va a penalizar la actual ley
electoral, y la caída en picado de una organización política tan poderosa como
el PP, merced a sus errores y a la carcoma de la corrupción, podría permitir al
PSOE, quizá no la victoria electoral, pero si poder formar Gobierno, como
en Portugal. Tiene muchos riesgos tomar decisiones en medio del fragor de la
batalla, los buenos estrategas tienen siempre previsto un plan B y hasta un
plan C, para según como vengan dadas las circunstancias, y lo buenos líderes,
cuando la derrota o la desintegración parecen inevitables, dicen que se les
apareció la virgen y les prometió la victoria, como D. Pelayo, en Covadonga, o dan
a la manivela de una pequeña caja de música, con la foto estampada de Pasionaria,
que hacía sonar los acordes de la Internacional, como apuntilló Cayo Lara la IX
Asamblea Federal de Izquierda Unida. La fe, las emociones y el corazón son
mucho más fuertes que las ideas, como muy bien saben los que hacen las campañas
publicitarias de Coca-Cola o Marta Sánchez cuando canta el himno de España. Eso es lo que, en verdad, mueve el mundo, y no es lo que despierta ahora el PP en los españoles.
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