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Yo pienso que analizar fríamente las
consecuencias de algunas de las políticas que se han estado implementando en
los últimos años es el mayor homenaje que se puede rendir a las víctimas y el
mayor servicio a la democracia y libertades que están siendo atacadas.
La gente tiene poca memoria para
algunas cosas. No hace mucho tiempo hubo una guerra en Libia, un conflicto donde
Francia, recordémoslo, puso toda la carne en el asador y empujó a sus aliados
de la OTAN a intervenir. La muerte por linchamiento de Al Gaddafi y la masacre
de miles de subsaharianos, muchos asesinados a machetazos, por parte de las
milicias islamistas no hicieron correr ni la milésima parte de los ríos de
tinta y de repulsa que hemos visto estos días. Francia no solo bombardeó a las
tropas gubernamentales libias y desplegó tropas y asesores sobre el terreno,
también estuvo preparando durante meses en Egipto, junto con los servicios
secretos británicos y la CIA, toda la infraestructura y la logística necesarias
para la operación. ¿o es que algún ingenuo cree que los cientos de vehículos
todoterreno artillados y los grupos islamistas perfectamente organizados y
entrenados salieron de la arena del desierto libio por generación espontánea?
Un guión similar se había seguido en la Guerra de Afganistán para echar a los
soviéticos y es el mismo que también se ha empleado en la Guerra de Siria,
donde la “oposición democrática” enseguida fue anulada por las grupos
islamistas radicales, como el Frente Al Nusra y el Estado Islámico, que se han
destacado por sus atrocidades, sin que Occidente moviera un dedo hasta que se
apoderaron de los pozos de petróleo del Kurdistán iraquí. Aún peor, estos criminales
fanáticos han sido financiado por naciones árabes aliadas de Occidente y muchos
de sus miembros han sido reclutados en Europa ante la vista gorda de sus
autoridades hasta hace poco tiempo.
Resulta curioso, por ejemplo, el crítico
prurito democrático con algunos regímenes, como el cubano, y el silencio mas
absoluto con los sátrapas árabes y con sus Gobiernos familiares, donde la
democracia y los derechos individuales mas elementales brillan por su ausencia,
donde las mujeres viven privadas de cualquier derecho y donde las latigazos
públicos y las decapitaciones por delitos que no lo serían en otras partes del
mundo son comunes. Son estos reyezuelos, emires y jeques déspotas, que
despilfarran inmensas cantidades de dinero en lujos obscenos, los amigos de
Francia y los que pagan a los asesinos que han sumido a los galos en la
consternación y que incluso tienen la poca vergüenza de asistir a la recepción que
el presidente de la República ha hecho a 50 jefes de Estado “aliados y amigos”.
El segundo mandato del presidente
norteamericano Obama, ya sin las presiones por mantenerse en la Casa Blanca,
está siendo lúcido, sobre todo en política internacional. EE UU ha cambiado
algunas de sus políticas y ha reorientado su estrategia global. Eso se está
viendo en América Latina y también en Oriente Medio, donde el régimen sirio, e
incluso Irán, ya no son vistos como los peores enemigos. Pero, para que sea la
autoridad moral la que permita el liderazgo, y no los grupos de portaaviones,
es necesario, entre algunas otras cosas, meter en cintura y democratizar en lo
posible a los sátrapas árabes, de los que Occidente no puede ser cómplice. Sí, ya sé que hay contratos
millonarios que trabajan en contra.
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