
La inmensa mayoría de los
españoles hemos sufrido los recortes, la pérdida de derechos sociales y
laborales, la bajada de salarios y la degradación de los servicios públicos
esenciales a que nos ha sometido primero el Gobierno socialista de Zapatero y
después el Gobierno derechista de Rajoy, pero, no son esas las razones
fundamentales de la indignación popular, sino las continuas mentiras y tomaduras
de pelo, que se soportaban cuando “España iba bien”, pero que no se toleran
cuando te están exprimiendo todos los días como a un limón.
No van a ser los comicios de este
año las primeras oportunidades de los españoles para pegar un
puñetazo encima de la mesa o, mejor dicho, de la urna. El 20 de noviembre de
2.011 el PP ganó por mayoría absoluta las elecciones generales porque muchos
ciudadanos, no todos de derechas, querían echar a gorrazos a José Luis
Rodríguez Zapatero, el peor presidente que hemos tenido desde la Transición.
Pero, los grandes partidos políticos españoles no han entendido todavía que
muchos de los votos que han recibido en el pasado no son incondicionales, es
más, son prestados, y que el electorado utiliza como ariete, si lo necesita, lo que tiene posibilidades de éxito. En este
sentido hay que entender la meteórica irrupción de PODEMOS. No es que la mayor
parte de la población se haya hecho de izquierda, es que todos han visto en la formación
política que dirige Pablo Iglesias un buen instrumento para subvertir el poder
establecido, el que nos ha traído hasta la desastrosa situación en que nos
encontramos. La sangría de intención de voto que PODEMOS está haciendo al PSOE
al PP y a los partidos nacionalistas, de izquierda y de derecha, es la prueba
del 9 de lo que lo decimos. Este fenómeno no es nuevo para los asturianos,
porque algo parecido sucedió con Foro Asturias, el partido de Francisco
Álvarez-Cascos, cuando, recibiendo votos multicolores, contra todo pronóstico
ganó las elecciones regionales.
Las pasadas Elecciones Europeas
han sido el preámbulo de lo que, inevitablemente, se avecina. PODEMOS, apenas sin
infraestructura, obtuvo nada menos que 5 diputados. Aquellos resultados hicieron
cundir el pánico en el bipartidismo porque, además, tanto el PP como el PSOE
perdieron 2,5 millones de votos cado uno.
Ya estamos en plena campaña
preelectoral, porque son muchos los intereses que se van a dilucidar este año y
nadie quiere dormirse. La estrategia del PP va a centrarse en contarnos que
España va mejor que Alemania y que volvemos a la Liga de Campeones, la del PSOE
en criticar el aceite de ricino que nos ha dado Rajoy, olvidando el que nos
dieron ellos, y la de ambos en atacar a PODEMOS.
Convendrá recordar que en 2.010,
siendo diputado el actual secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, el
Gobierno de Zapatero aprobó una reforma laboral con la única abstención del
diputado socialista Antonio Gutiérrez, exsecretario general de CC OO, que también
votó en contra de la reforma constitucional para imponer un tope al déficit que
votó afirmativamente Sánchez. También es bueno saber que el actual secretario
general del PSOE trabajó para el Fondo Monetario Internacional y el Banco
Mundial durante la Guerra de Bosnia. Lo que nos ha hecho Rajoy todavía está
fresco en todas las memorias, desde una reforma laboral aún mas salvaje que la
de los socialistas hasta liderar el partido mas corrupto de España.
Las mentiras, la desfachatez y la
prepotencia son el caldo donde se está cociendo la debacle.
FOTO: Pablo Iglesias y el líder de SYRIZA, Alexis Tsipras.
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