
Hay, sin embargo, un denominador
común, que va a reinar en esta campaña, que los ciudadanos de a pie debemos
denunciar, la mentira. No es nada nuevo que los políticos españoles nos
mientan, pero, en estos meses se van a sublimar. De momento, los embustes mas
llamativos han salido del Gobierno de Rajoy. Sin ir mas lejos, el domingo 11 de
enero el ministro de Economía, Luis de Guindos, en una entrevista que le hizo
la periodista Ana Pastor en la Sexta, dijo con total aplomo que el 75% de los
contratos de trabajo firmados en el año 2.014 habían sido indefinidos y que en
solo dos años los trabajadores recuperarían todo el poder adquisitivo perdido
con la crisis. El ministro de Guindos ya había manifestado hacía pocos días que
la gente ya no tenía miedo a perder el trabajo.
Lo que está diciendo Pedro
Sánchez, el nuevo secretario general del PSOE, tampoco va mal en el ránking de las
patrañas. Precisamente los mismos que elevaron la edad de jubilación a los 67 años,
congelaron las pensiones y bajaron un 5% el salario de los funcionarios, entre
otras fechorías, dicen ahora que el PP se ha cebado con los trabajadores y que
si llegan al Gobierno eliminarán la Reforma Laboral del Rajoy.
Pero, las estrategias de la
mentira e intentar engatusar a los electores untándoles con su propio dinero,
algo que criticaron mucho los populares a Zapatero y que este año van a hacer
ellos, no van a funcionar porque están demasiado vistas.
PODEMOS parte con varias
ventajas: por un lado, sus dirigentes, aunque ha habido intentonas, no pueden
ser acusados de casos de corrupción y de ser los causantes de los males de los
españoles, porque todavía no han gobernado en ningún sitio. Por otro, su
campaña electoral va a ser atípica y muy diferente a las del PP y PSOE, con
grandes manifestaciones (la primera en Madrid el día 31 de enero) y grandes mítines
y con el empleo a fondo de las redes sociales. Pero, lo mas importante es que
en política también hay modas y cambios, y el pantalón “pata elefante” de la
verborrea bipartidista se ha quedado obsoleto ante la dialéctica nueva y demoledora
del de la coleta
A la formación de Pablo Iglesias,
sin embargo, todavía le quedan algunas asignaturas pendientes que tiene que ir
aclarando: Cual va a ser su programa y cual su compromiso de cumplirlo. No se
puede mentir con propuestas irrealizables y demagógicas y no se puede llevar a
los ciudadanos frente a un muro.
Otra asunto que me llama la
atención es el debate, que sigue presente, sobre lo que se ha dado en llamar “La
gran Coalición”, es decir, el Gobierno conjunto de socialistas y populares “si
fuera necesario”. Mientras el PSOE niega esa posibilidad, cosa que, a la vista
de lo sucedido en Asturias, en Alemania, en Grecia o en Suecia, nadie se cree,
los populares, no solo los dirigentes, parecen encantados con la idea y lo
manifiestan sin ambages. Los socialistas siguen pensando que son de izquierda,
pero la derecha ya no.
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