Nos hemos olvidado que los
animales son nuestros aliados y nos cebamos con ellos ¿Qué se puede esperar de
un país que ha convertido la tortura animal en un espectáculo de interés
turístico y cultural y donde los que lo criticamos somos unos apestados? Miles
de galgos son sacrificados de forma atroz cuando acaba la temporada de caza,
miles de animales mueren abrasados en los incendios forestales provocados,
miles de mascotas tienen que sufrir y aguantar sus esfínteres mientras sus malvados
dueños se van de copas. Toros lanceados o con cuernos ardientes divierten a los
vándalos, granjas abandonadas donde se mueren de hambre y sed a centenares,
jaulas infames, tormentos indescriptibles en los laboratorios que en nada se
diferencian de los experimentos nazis, circos, peleas de perros, mutilaciones,
etc ¿es que no tenemos corazón?
La cultura de la violencia y el maltrato
entre los humanos tiene mucho que ver con la banalización del maltrato animal,
forma parte de la misma filosofía. Ni los toros han nacido para ser lidiados en
las plazas y sienten y padecen los puyazos y las banderillas, ni la violencia entre
semejantes se puede justificar en ninguna circunstancia.
El maltrato hacia los animales,
como otras cosas aberrantes que suceden en nuestro país, no es solo una
consecuencia de la tradición y de una mal entendida cultura, forma parte de la
cotidianeidad porque los poderes públicos son cómplices y partícipes de las
fechorías. Aunque veamos lobos ahorcados a la entrada de los pueblos, aunque
las noticias de cachorros arrojados al río en bolsas de plástico y de perros
arrastrados con vehículos indignen e insulten la inteligencia, no veremos a
ningún responsable ingresar en prisión y tener que hacer frente a una multa de
infarto. Son muchas las cosas que van a tener que cambiar en la España del
siglo XXI y cuando tengamos un Gobierno serio también tendremos una Ley Contra
el Maltrato Animal seria. Ellos no pueden hablar y defender sus derechos pero
nosotros sí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario