Como a finales de 2.011, nada mas
ser investido presidente Mariano Rajoy, con la inestimable ayuda de este nuevo
PSOE que, como diría Alfonso Guerra, no lo conoce ni la madre que lo parió y de
Ciudadanos, el partido también derechista de Albert Rivera, el nuevo Gobierno del
PP lo primero que ha hecho ha sido subir los impuestos al tabaco, el alcohol,
sociedades, etc, una primera salva de artillería con la que Montoro y de Guindos,
los mismos ministros de Hacienda y Economía que abanderaron las otras subidas,
piensan vacunarnos, y/o que nos vayamos acostumbrando contra lo que ya
preparan.
A pesar de que los conspicuos del
PP, y los que les hacen el caldo gordo, siguen diciendo lo bien que va nuestra
economía, que España crece mas que ningún otro país de la UE, y que la crisis
ha quedado atrás, la verdad es que tenemos un país mas endeudado que nunca, que
la hucha de las pensiones que Zapatero había dejado con 68.000 millones de
euros está esquilmada y que centenares de miles de jóvenes bien formados han
tenido que emigrar al extranjero a malvivir y ser explotados con contratos
basura porque en España ni eso tienen.
Esta derecha que no se harta de
decir que es la izquierda la que sube los impuestos es la que tiene al Fondo
Monetario Internacional y a otros organismos a su servicio de voceros para ir
preparando el ambiente. El FMI ya ha dicho que España tiene que volver a subir
el IVA y “revisar” el gasto en Educación y Sanidad. De entrar a saco contra el
fraude fiscal y la economía sumergida, nada de nada.
Para que el déficit no se dispare,
poder pagar los intereses de la Deuda y que los mas de nueve millones de
pensionistas tengan su paga todos los meses, a la derecha lo único que se le
ocurre es subir todavía mas los impuestos a particulares y empresas y recortar
los servicios sociales básicos. Es algo así como matar a la gallina de los
huevos de oro.
Todos sabemos que en España hay
decenas o incluso centenares de miles de transacciones económicas diarias que
no pagan el correspondiente IVA, pero esto es solo un ejemplo de un fraude
monumental que esquilma la Hacienda pública, obliga a que los menos pudientes
paguen los impuestos a los ricos y está convirtiendo a nuestro país en
inviable. No hay ningún plan serio para atajar este estado de cosas. Naturalmente,
Rajoy hará caso al FMI, no a este humilde francotirador del teclado. Que Dios
nos coja confesados.
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