
Cuando en Occidente empezamos a
tener noticias de los horribles crímenes de algunos grupos de fanáticos
sunitas, como el Frente al Nusra, que torturaba y asesinaba prisioneros del ejército
sirio con una bestialidad espeluznante, algunos, pocos, todo hay que decirlo,
ya empezamos a darnos cuenta de a que nos enfrentábamos. Pero, mientras los
miembros del Frente al Nusra, una de las filiales de Al Qaeda, decapitaban y se
comían los corazones de los soldados sirios, otros demonizaban al presidente al
Assad y organizaban conferencias internacionales de
donantes para proveer de fondos a los terroristas.
La verdad es que la estrategia de
los nuevos asesinos no ha empezado en la Guerra de Siria, ya la habíamos visto
en Iraq, no solo con sus atentados suicidas contra las fuerzas de ocupación,
también contra la población chiita. Y, por supuesto, también fue la misma en la
Guerra de Libia. El linchamiento de al Gaddafi, ante el beneplácito occidental,
fue solo la muestra de las atrocidades cometidas en Libia por los mercenarios
islamistas contra los soldados libios prisioneros y contra la población de
inmigrantes subsaharianos, que era casi de dos millones de personas, y que
tuvieron que huir en masa para no ser decapitados, al ser acusados de
colaboracionistas con el caído régimen.
Los asesinos del Estado Islámico
han extendido su régimen de terror al Kurdistán donde crucifican cristianos,
violan mujeres y obligan a los niños a matar prisioneros, bien de un tiro en la
nuca o degollándolos, convirtiendo la barbarie en espectáculos públicos que
dejan en buen lugar a los circos romanos. No pasa el día sin que nos regalen a
través de Internet alguno de sus crímenes, cada vez mas crueles e inhumanos. Es
la misma estrategia del terror que ha extendido Boko Haram, otra filial de al
Qaeda, por todo el Norte de Nigeria y por el Sahel.
Yo creo que Occidente no se ha
tomado totalmente en serio el problema y prefiero no pensar que no se toman
medidas mas contundentes contra los asesinos del ISIS por miedo a atentados. Si
estos fanáticos se hacen con armas de destrucción masiva, bien nucleares,
químicas o bacteriológicas, entraríamos en un escenario cuyas consecuencias
pueden ser apocalípticas.
EE UU está cambiando su
percepción de la situación y el acercamiento con Irán es una prueba de ello,
pero es necesario apoyar también al Gobierno sirio, que es el que lleva, junto
con los milicianos kurdos y chiitas iraquíes, el mayor peso de la lucha contra
los asesinos del Estado Islámico. En esa alianza contra el terror también participan desde voluntarios libaneses
de Hezbolá hasta internacionalistas europeos de izquierda enrolados en las
filas del PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán).
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