
La Huelga General que los sindicatos convocaron, no se sabe contra quién, ya había tenido escasísimo seguimiento, a pesar de la manga ancha de la policía con algunos piquetes, no precisamente informativos, que actuaron con especial violencia en algunas ciudades, especialmente Madrid. Los trabajadores han castigado a los sindicatos sin piedad porque no les perdonan su traición al rendirse ante las medidas antisociales que ha tomado el Gobierno de Zapatero y ante la evidencia de que viven de las subvenciones gubernamentales y del chiringuito de la formación.
¿Que pasará si, como vaticinan las encuestas, el PP obtiene mayoría absoluta en las próximas elecciones generales?. Es aventurado hacer ejercicios de futurología en la coyuntura política y económica actual pero, al perder el prestigio y el apoyo social, el nuevo Gobierno tendría muy fácil darles la puntilla y quitárselos definitivamente de en medio, para poder tomar impunemente las medidas neoliberales que Rajoy y su equipo económico tiene guardadas en su agenda oculta, entre las que sobresalen acabar con la negociación colectiva y dar una vuelta de tuerca mas a la flexibilización laboral y al abaratamiento de los despidos. Los liberados en las listas del INEM, quien lo iba a decir, pero se lo han buscado.
Cuando la izquierda hace políticas de derecha y cuando los sindicatos de clase no cumplen con sus obligaciones están abriendo el camino a los que no van a perder la oportunidad de minimizarlos hasta un estado en que ya no puedan incordiar.
El estrepitoso fracaso sindical debería hacer reflexionar a los cuadros dirigentes de CC OO y UGT y las encuestas electorales, que vaticinan la debacle, al conjunto de la izquierda. Pero ya no es suficiente la autocrítica, hacen falta nuevas ideas, nuevos compromisos y nuevas medidas para afrontar la crisis y lo que se nos viene encima, quizá también nuevos líderes. ¿Será pedir peras al olmo?, ustedes mismos.
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